¿Mejor 2021?

Simitrio Quezada.
Simitrio Quezada.

Durante la próxima Noche Vieja brotarán en muchas casas pláticas y sentimientos encontrados. Se deseará un mejor 2021, se chupará todo el jugo de esa naranja llamada esperanza aunque en el fondo sepamos que los próximos 12 meses pueden ser incluso peores que los últimos 9 que nos doblegaron y revelaron tanto. Algunos romperán reglas … Leer más

Durante la próxima Noche Vieja brotarán en muchas casas pláticas y sentimientos encontrados. Se deseará un mejor 2021, se chupará todo el jugo de esa naranja llamada esperanza aunque en el fondo sepamos que los próximos 12 meses pueden ser incluso peores que los últimos 9 que nos doblegaron y revelaron tanto.

Algunos romperán reglas al visitar a padres, abuelos, hermanos. Pondrán en riesgo a los amados tras convencer a su conciencia: se trata de la última noche del año, irán al reencuentro con sana distancia y medidas pertinentes.

En el salto al 21, demasiadas familias compartirán sabores agridulces. A muchos vencerá la tentación de maldecir al año moribundo e ingenuamente fincar todo anhelo en el siguiente. Esta despedida a la docena vieja puede ser también un adiós a personas que esa noche estén entre nosotros. Y es que ahora comprendemos que la muerte sí pisa fuerte: sin prisa y muy cerca de todos.

No sabíamos muchos lo que implicaba realmente estar vivo y percibir la vida de otros, hasta que a nuestro alrededor comenzaron a caer quienes no imaginábamos ausentes.

No comprendíamos la importancia de nuestra dinámica económica, hasta que comenzaron a cerrar (algunos para siempre) los negocios de nuestros conocidos, amigos, familiares.

No entendíamos el alcance de la solidaridad hasta que nuestra única opción fue volvernos de veras solidarios. No el significado verdadero de la valentía hasta que muchos asumimos que teníamos que continuar saliendo a centros de trabajo y otros lugares para que nuestras responsabilidades no se estancaran y nuestras familias siguieran fortaleciéndose.

Redefinimos heroísmo cotidiano, cuidado mutuo, higiene, espacio personal, convivencia familiar, educación y aprendizaje, crianza de hijos, valoración a profesores, escuelas y vida en comunidad.

2020 termina como el año más significativo en varias décadas recientes. La gratuita ilusión puede dictarnos que 2021 vendrá a redimir: querremos decretar, invocar santos, trocar alma por buenaventura. Mas no resultará fácil que de un año negro se pase a uno límpido. Será menos nublado, en buen caso. O más oscuro, si continuamos dejando la responsabilidad a dioses y detentes, destino, gobiernos, sistemas de salud, otras personas; si continuamos apostando todo a la llegada de una vacuna que en el mejor de los casos nos permita volver a ser tan desaseados e invasivos como en la cotidianidad de la que fuimos sacados para aprender (aunque muchos no aprendamos).




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