“Lo esencial es invisible para los ojos…” Un tesoro está más cerca de lo que creemos

En Guadalupe, municipio de Zacatecas, contamos con un lugar conocido como el Museo de Guadalupe, en donde podemos encontrar bellísimas muestras del arte novohispano.

Voy a comenzar este texto de manera reflexiva, esperando no ir tan profundo; Pero es que hoy en día, vivimos de una manera tan apresurada que nos es difícil  percatarnos que existen tantas cosas por admirar, que están ahí, frente a nuestros ojos y no nos damos el tiempo de hacerlo.

Particularmente, me refiero a que en Zacatecas, específicamente en Guadalupe, contamos con un lugar que los propios identifican como “el Convento”, lugar de reflexión espiritual al que acuden numerosos creyentes (y más por estas fechas).

Durante el siglo XVIII,  fue sede del Colegio de Propaganda FIDE, encargado de la evangelización católica por más de 150 años. Fue en 1859, cuando el gobernador de Zacatecas, Jesús González Ortega, a través de la Ley de Nacionalización de Bienes Eclesiásticos que derivó de las Leyes de Reforma de Benito Juárez (…ya lo sé, quedé al principio no profundizar, pero me pareció importante brindar algo de contexto que nos haga aterrizar en la existencia del inigualable espacio…)  solicitó el inmueble a los Franciscanos para distintos fines, pero no fue hasta 1918 que abrió como el Museo de Antigüedades del ex-convento de Guadalupe.

En la actualidad, en este lugar conocido ya como el Museo de Guadalupe, podemos encontrar bellísimas muestras del arte novohispano, de notables maestros como: José de Ibarra, Rodríguez Juárez, Miguel Cabrera y Cristóbal de Villalpando (para mejor referencia y asombro, sugiero ampliamente visitar el lugar).

Pero, haciendo referencia al título de este breve escrito, que hurté de un famoso cuento del francés Antoine de Saint-Exupéry, la invitación viene para ingresar a los adentros de este edificio que se encuentra como parte de nuestra cotidianeidad como zacatecanos, y donde desde octubre,  tenemos la dicha de tener cerca (por primera vez) una de las obras más emblemáticas del Neerlandés, Rembrandt van Rijn (1606-1669), La diosa de la casa Rembrandt. Hendrickje Stoffels como Palas Atenea, lo anterior como parte del festejo por el 105 años del recinto cultural.

Palas Atenea, representa a la diosa griega de la sabiduría y la protección; este cuadro contiene una gran simbología, ya que su modelo Hendrickje Stoffels, fue la última pareja del artista, madre de su hija y protectora de su carrera hacia el final de la misma. La exposición en cuestión, se encuentra acompañada de 4 obras más, de las cuales son tres de Rembrandt y una atribuida a su discípulo más destacado, Gerrit Dou.

Lo invito a no perderse esta oportunidad única, ya que como todo lo bueno “empieza y termina”, y esta exposición estará disponible de forma gratuita finalizando el 5 de febrero del 2023, de lunes a domingo de 9:00 a 18:00 horas.

[email protected]




Más noticias


Contenido Patrocinado