Lo correcto y lo adecuado en el español

Simitrio Quezada.
Simitrio Quezada.

Cuentan que un joven español muy educado, recién llegado al puerto de Veracruz, asistió a una comida a la orilla de un río. Impresionado por la belleza de una rubia de piel blanca y ojos azules, no dejaba de verla mientras ella se sonrojaba. Él terminó de comer, se acercó a ella y le dijo: … Leer más

Cuentan que un joven español muy educado, recién llegado al puerto de Veracruz, asistió a una comida a la orilla de un río. Impresionado por la belleza de una rubia de piel blanca y ojos azules, no dejaba de verla mientras ella se sonrojaba. Él terminó de comer, se acercó a ella y le dijo: “Disculpe que no pueda dejar de mirarla: me impresiona su cara de vasca”. Ella lo abofeteó, considerando que la había comparado con un vómito y no con una oriunda de la Vasconia.

Es importante estar siempre “sintonizando” lo que la otra persona ha recibido como mensaje nuestro… con lo que quisimos emitir. Por eso como profesor insisto en preguntar a mis alumnos si realmente estamos entendiendo lo mismo después de que lo he expuesto. Debe “afinarse” constantemente la comunicación.

Persisten cambios en palabras de generación a generación. “La mamá hacía arrumacos a su bebé” suena raro para los jóvenes, acostumbrados a que arrumaco sea caricia sensual. Algunos trovadores de ocasión desconcertamos a esos jóvenes al cantar: “Todos te cantamos, te felicitamos en éste tu día. Te agasajaremos todita la noche: ¡viva la alegría!”. Para muchos de ellos, “agasajar” es prodigar caricias sensuales y tendientes a lo sexual.

Palabras como puchero, tompeates, papaya, memela, pito, camote… tienen diversos significados y connotaciones en diversas regiones del mundo, aun dentro del mismo idioma. Agréguese la singular práctica del “albureo” donde tanto la asimilación de sonidos o juegos de palabras como las alegorías y metaforizaciones tienen funciones definitorias.

Recordemos la etimología de las palabras “correcto” y “adecuado”. “Correcto” viene de “co” o “con”: unión, simultaneidad, apego, y “rectus”, lo recto, lo que rige. De regire (mandar), regula (regla) y rectus (recto) vienen palabras como regidor, rector, rey, director, regular. Lo “correcto” es lo que está apegado a la regla, la norma, lo convenido. “Adecuado”, por su parte, viene de “ad”, hacia, y “aequare”, igualar.

Quienes verdaderamente saben manejar el lenguaje persuasivo hablan no necesariamente de modo correcto, sino de modo adecuado. Políticos, docentes, vendedores buscan más apelar a los sentimientos que al raciocinio. Por eso, a la hora de lograr un propósito determinado, toda palabra, todo tratamiento, toda sintaxis vale.




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