“Ladran, Sancho…”: frase inexistente en El Quijote

Simitrio Quezada.
Simitrio Quezada.

Erróneamente se atribuyen varias citas a la mejor novela de Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. La más difundida, “Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”, inexistente en las dos partes de la obra, tiene su cuna o en versos alemanes o en refranes árabes o turcos. Alarma que esta autoría apócrifa … Leer más

Erróneamente se atribuyen varias citas a la mejor novela de Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. La más difundida, “Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”, inexistente en las dos partes de la obra, tiene su cuna o en versos alemanes o en refranes árabes o turcos. Alarma que esta autoría apócrifa ha sido acuñada y difundida sobre todo por quienes presumen haber leído íntegra la doble historia quijotesca.

Algunos especialistas en la obra cervantina afirman que esta frase “Ladran, Sancho…” pudo tomarse del poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe. Concretamente, de su poema “Kläffer” (Ladran), publicado en 1808, que dice: “En busca de fortuna y de placeres, / pero siempre atrás nos ladran, / ladran con fuerza… Quisieran esos perros del potrero / por siempre acompañarnos / pero sus estridentes ladridos / son sólo señal de que cabalgamos”.

En 1919, Alfredo Jara, articulista español, traduce/resume los dos últimos en tres palabras: “¿Ladran? Luego cabalgamos”, en una revista de estudios cervantinos y dando el crédito al autor Goethe. Hasta ahí vamos bien.

En los años siguientes, sin embargo, comienzan otros autores a asegurar que esa frase fue escrita por Cervantes, que está en algún capítulo de una de las dos partes de El Quijote, y que la dice el protagonista. Con descaro, de plano le insertan en medio el nombre del escudero: “Ladran, Sancho, señal de que cabalgamos”. Otros rematan “señal de que vamos caminando”, y otros más “señal de que vamos avanzando”.

Como hay quienes creen que ver una película basada en una novela les da derecho a hablar como si sí la hubiesen leído, en la película Don Quijote, de Orson Wells, producida en 1992, los guionistas ponen al flaco enloquecido diciendo a Sancho esta frase tantas veces atribuida a aquél.

También insisten otros que esta frase proviene de un proverbio árabe o turco que reza: “los perros ladran, pero la caravana avanza”.

En definitiva, en ninguna de las dos partes del Quijote aparecen las palabras “ladran”, “cabalgamos”, “avanzamos”, “caminamos”, ni “vamos en camino”. Parece, empero, que los arranques de dignidad con que cualquiera atiza “Ladran, Sancho…” son más poderosos que la veracidad de la fuente de esta cita.




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