La recesión afecta generación de empleos formales e ingresos de las personas

Eduardo Ruiz-Healy.
Eduardo Ruiz-Healy.

La economía mexicana está en recesión. Durante tres trimestres consecutivos –el cuarto de 2018 y los dos primeros de 2019– el producto interno bruto (PIB) disminuyó 0.1% respecto al trimestre anterior. Y en lo que al tercer trimestre de este año se refiere, nada hay que festejar puesto que el PIB registró un crecimiento nulo. … Leer más

La economía mexicana está en recesión. Durante tres trimestres consecutivos –el cuarto de 2018 y los dos primeros de 2019– el producto interno bruto (PIB) disminuyó 0.1% respecto al trimestre anterior. Y en lo que al tercer trimestre de este año se refiere, nada hay que festejar puesto que el PIB registró un crecimiento nulo.

En su pronóstico más reciente, el Banco de México estimó que este año el PIB podría decrecer/crecer en un rango de entre -0.2% y 0.2%; también redujo su estimado de generación de empleos para este año a 335 mil, una cifra que es 49.3% menor a la de los 661 mil empleos que se crearon en 2018.

Curiosamente, pese a estos datos preocupantes, pareciera ser que a nadie le preocupan gran cosa los efectos que una recesión tiene sobre los empleos, los ingresos familiares y corporativos, el mercado inmobiliario, las oportunidades de inversión, la salud de las personas, la educación de los niños y jóvenes; en fin, sobre casi todos los aspectos de la realidad que cotidianamente enfrentan millones de individuos de las clases económicas baja y media, y cientos de miles de empresas micro, pequeñas, medianas y algunas grandes.

El INEGI reportó hace unos días que en octubre la Tasa de Desocupación (TD) como porcentaje de la Población Económicamente Activa (PEA) “que no trabajó siquiera una hora durante la semana de referencia de la encuesta pero manifestó su disposición para hacerlo e hizo alguna actividad por obtener empleo” fue de 3.6%, proporción mayor a la de 3.5% de septiembre y al 3.2% registrada en octubre de 2018.

De acuerdo con el INEGI, 10.1% de la PEA trabajó menos de 15 horas a la semana, esta cifra es mayor al 9.1% que se registró en octubre de 2018.

No debe olvidarse que la TD incluye a quienes trabajan tanto dentro como fuera del sector formal de la economía. El INEGI señala que el 56% de los ocupados trabaja en el sector informal, sin disfrutar de los beneficios que proporciona un empleo formal. Este porcentaje es menor al 56.7% registrado en septiembre pasado pero mayor al 55.6% de octubre de 2018.

Además, 18.8% de quienes están ocupados, dentro o no del sector formal, reportan no ganar lo suficiente para satisfacer sus necesidades. En octubre del año pasado, el porcentaje era de 15.8%.

En resumen, este año se generarán apenas 335 mil de los 1.5 millones de empleos formales que deberían crearse anualmente, el 22.3%; 56 de cada 100 personas tienen empleos informales; hay más personas trabajando menos de 15 horas semanales y más que reportan no ganar lo suficiente.

Y los empleos generados distan de ser los que la gente necesita, de acuerdo con un estudio realizado por el Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC) que señala que en los primeros nueve meses de 2019, el 77% de los nuevos trabajos se crearon en micronegocios y que el 43% de éstos se realizan en establecimientos sin local fijo o callejeros.

Los efectos de la actual recesión sobre el empleo y los ingresos de las personas y MIPYMES perdurarán en vista de que el pronóstico de crecimiento del PIB del Banco de México para 2020 va del 0.8% al 1.8%, lo cual es insuficiente para resolver el problema de la falta de empleos formales y de trabajos bien pagados sean formales o informales.




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