La impunidad caciquil

Cada vez resurgen temas que se consideraba ya olvidados, brotan en cascada los relatos donde se reviven aquellos lejanos días cuando el poder político lo ejercía a plenitud el cacique en vigencia. Todo gira en torno a los más recientes acontecimientos donde se puede ver con diáfana transparencia la presencia de la herencia de esa … Leer más

Cada vez resurgen temas que se consideraba ya olvidados, brotan en cascada los relatos donde se reviven aquellos lejanos días cuando el poder político lo ejercía a plenitud el cacique en vigencia.

Todo gira en torno a los más recientes acontecimientos donde se puede ver con diáfana transparencia la presencia de la herencia de esa estirpe que se consideraba superada o extinguida.

Esta croniquita abundará este día en lo ocurrido en estas tierras mineras en el año de 1937. Resulta pues, la publicación de un manifiesto dirigido  a los fresnillenses en el cual el presidente municipal en turno, Manuel Domínguez, informa al pueblo de un atentado cometido en agravio a la investidura municipal.

El alcalde vierte pormenores de una arremetida por el cacique Guillermo C. Aguilera en compañía de sus más serviles lacayos quienes pistola en mano irrumpieron violentamente en su despacho  para obligarlo a que renunciara al cargo. A manera de presión lo retuvieron junto con otros funcionarios.

Lo expresa con firmeza que los hechos ocurrieron  el 8 de julio a las 10 con treinta minutos en sus oficinas. Acusa al diputado federal Guillermo C. Aguilera de encabezar el movimiento fraguado en su contra, además menciona al diputado local Rafael Yáñez Sosa, quienes eran acompañados por Jesús Romo y José Gándara, así como al síndico del Ayuntamiento Juan I. Posada y al regidor del mismo Pedro M. García. Pistola en mano lo amenazaban para que firmara su renuncia a lo cual se resistió provocando con ello que lo desarmaran obligándolo a dimitir.

De lo anterior se supo después de lo ocurrido al tomar conocimiento de los hechos tanto el Agente del Ministerio Público, así como otras personas, entre ellas, Sotero Almaraz, Manuel A. Rodríguez, Ignacio Reza, Francisco Guerra, y J. Guadalupe Robles.

Días después el Gobernador del Estado,  Gral. J. Félix Bañuelos, declara que todo fue consecuencias de las marcadas divisiones de carácter político, tan vigentes en la historia de la designación de gobernantes en este municipio, que llegó a causar divisiones en el ayuntamiento en funciones provocando al grupo de serviles al cacique Aguilera que recurrieron a las armas para saciar la insaciable hambruna de poder.

Con relación a este suceso- el cual queda impune- en las páginas sueltas de la historia del mineral encontramos apuntes de quienes eran parte del grupo caciquil. Por ejemplo: En 1935 era Presidente Municipal Jesús M. Romo quien renuncia a los pocos meses de asumir el cargo. Le sucede Juan Tiscareño quien en su participación dona al cacique los terrenos de la antigua Hospitalidad de la Concepción y templo adjunto al cacique para instalar la Casa del Campesino Gral. Matías Ramos.

En 1936 aparece como presidente municipal Pedro M. García y, en el 37 Manuel Domínguez. Por otra parte el diputado local Rafael Yáñez fue presidente municipal en 1928, cargo que abandona para sumarse a la fuerza armada formada por Guillermo C. Aguilera para combatir a los escobarista.

Otro de los testimonios de los prepotentes caciques en el Fresnillo sucedió el primero de enero de 1936 (a las cero horas) cuando se lleva al cabo la Junta de Cabildo para la transmisión de poderes en la Casa del Campesino. El Ayuntamiento saliente era conformado de la siguiente manera: Juan Tiscareño como Presidente Municipal; síndico primero Manuel Bañuelos. Regidores: Rafael M. Jiménez, Jesús M., Romo, Luis Rucobo, Mariano Mendiola y Alejandro Cabral.

Por su parte el Ayuntamiento entrante es integrado de la siguiente manera: Síndico Primero Juan L. Posada. Regidores: Pedro M. García, Manuel Domínguez, Miguel Sánchez, Roberto Chaires, Juan Robles, Pablo Domínguez,  y Manuel Ortega. Juan Tiscareño, alcalde saliente toma la protesta a los integrantes del nuevo Ayuntamiento. Lo anterior duró cinco minutos.

Enseguida en el mismo recinto y participando tan solo los nuevos regidores, ellos deciden por votación  cuál de ellos será el nuevo Presidente Municipal. La asamblea es presidida por el síndico Juan L. Posada.

La votación fue secreta, como está asentado en el acta. Y, por mayoría de votos el nuevo alcalde será Pedro M. García. El único voto en contra se otorgó al regidor Roberto Chaires. Luego se anunció la siguiente sesión del cabildo programada para el tres de enero a las 19 horas. Lo ocurrido en el lugar citado termina a la una de la mañana del primero de enero

Usted lo puede notar de inmediato los protagonistas del escándalo entre los grupos del poder y la intromisión del cacique, aparecen en las planillas relativas a la renovación de los poderes municipales.

En resumen, la manera de actuar de los políticos en el poder era clásico  en estos tiempos, más aún si se trataba  de Guillermo C. Aguilera cacique en turno,  Su legado se transforma y moderniza.




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