Hijos ricos

Juan Carlos Ramos León.
Juan Carlos Ramos León.

“No somos ricos, yo soy rico” suele decir a sus hijos la ex estrella del baloncesto norteamericano Shaquie O’Neal y agrega: “tienen que tener una licenciatura y luego, si quieren que invierta en una de sus empresas, tienen que presentármela. No les voy a dar nada porque sí, tienen que ganárselo”.   Esta postura puede … Leer más

“No somos ricos, yo soy rico” suele decir a sus hijos la ex estrella del baloncesto norteamericano Shaquie O’Neal y agrega: “tienen que tener una licenciatura y luego, si quieren que invierta en una de sus empresas, tienen que presentármela. No les voy a dar nada porque sí, tienen que ganárselo”.

 

Esta postura puede indignar a muchos, ciertamente. Más de alguno podríamos pensar “son sus hijos, no un puñado de extraños”. Pero queda claro que se trata de la postura de quien no la tuvo fácil para hacerse de una fortuna de varios cientos de millones de dólares. No es difícil imaginar que tras de su éxito se acumulan un montón de fracasos, noches sin dormir, lágrimas y dolor, y que su pensamiento en realidad está envuelto de un profundo amor por sus hijos a quienes en realidad está brindando el mejor de sus legados: el ejemplo y el reto a ser igual o mejores que él.

 

Es sólo quien ha tenido que tomar su vida con las dos manos quien cuenta con autoridad moral para enseñarles a otros lo que cuesta vivirla y lo que significa levantarse después de cada caída para continuar luchando sin desfallecer nunca, aunque cueste, aunque duela; a buscar una salida cuando parece no haberla; a subir la cuesta arriba cuando las piernas parecen no poder más.

 

Yo estoy seguro de que el deportista no abandonaría a alguno de sus hijos si éste se encontrase en desgracia, frente a algún problema de salud grave o cualquier otro imprevisto que le atara de manos. Pero sin duda coincido totalmente con su filosofía y considero que la mejor forma de educar a los hijos es enseñándoles a ganarse ciertas cosas y no simplemente dándoselas todas. Y vaya que muchas veces, en lo personal, no practico esto como padre y es entonces cuando comprendo que soy solamente yo quien tiene la culpa de que muchas veces mis hijos adopten actitudes caprichosas y egoístas. Soy yo quien tiene la culpa de que no puedan estirar el brazo para arrancar del árbol la fruta cuando soy siempre yo quien lo hace por ellos.

 

Usted ¿cómo está educando a sus hijos?




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