Ganar y trascender

Sigifredo Noriega Barceló.
Sigifredo Noriega Barceló.

“Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos”, dice Jesús a aquel joven y a las nuevas generaciones. Parece ser una invitación a hacer el mejor negocio de la vida para ganar y trascender. Me imagino a Jesús frente a frente a aquel … Leer más

“Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos”, dice Jesús a aquel joven y a las nuevas generaciones. Parece ser una invitación a hacer el mejor negocio de la vida para ganar y trascender. Me imagino a Jesús frente a frente a aquel joven con sueños de trascendencia; los gestos, el tono de voz, la mirada; la narrativa, los argumentos, la garantía…

Es de admirar la sinceridad del joven que busca algo más que las necesidades y tendencias del momento. Hay en él una profunda insatisfacción, unas ganas enormes de ‘algo’ más. Es lo mismo que experimentan tantas personas que sienten un vacío interior, se inquietan y… Aquel joven busca caminos para asegurarse la eternidad. Se pone en camino, busca sinceramente la verdad que el corazón le dicta, no se queda de brazos cruzados. Entonces acude a Jesús y espera una respuesta… Hasta aquí todo es perfecto.

Jesús, el pedagogo por excelencia, sitúa al joven ante su propia verdad: “Te falta dar el paso decisivo… Deja todo lo que tienes, véndelo, dalo a los pobres, sígueme”. No fue suficiente la mirada compasiva de Jesús, ni la promesa, ni la invitación… Pesó más lo que tenía… Como tantos discípulos de nuestro tiempo, no llegó a ser lo que podía llegar a ser; se quedó en sus miedos, su zona de confort, sus seguridades, su tierra conocida.

Tanto para aquel discípulo como para nosotros es difícil aceptar el ofrecimiento de la ganancia del tesoro en el cielo a ese costo. “Entonces, ¿quién puede salvarse?” Seguimos preguntando ansiosos y angustiados. La respuesta de Jesús sigue siendo contundentemente clara: “Para Dios todo es posible”. “Pasar por el ojo de una aguja” significa poner solamente la confianza en Dios… No hay duda que los jóvenes y no muy jóvenes somos dados a calcular el costo-beneficio en las decisiones.

La invitación sigue abierta para quien quiera escucharla y aceptarla. Jesús busca seguidores que no estén divididos en sus fidelidades, discípulos leales que le apuesten únicamente al “por amor al Reino de los cielos”. Sólo llegaremos a la felicidad plena si entramos de lleno al proyecto del Reino de Dios. Seguir la propia voluntad no es garantía de nada. Aquel joven se ahogó en sus deseos, no arriesgó, no confió en las infinitas posibilidades de la fe; prefirió la medianía de la mediocridad.

¿Y los jóvenes y adultos de hoy? Gran desafío tiene nuestra Iglesia para acercar la propuesta de Jesús a quienes experimentan los vacíos de la cultura de la indiferencia, no encuentran lo que buscan y preguntan por ‘algo más’. La persona de Jesús y su proyecto tienen el potencial para llenar corazones, dar sentido a las decisiones a tomar en la vida y garantizar un presente con horizonte y un futuro pleno.

Sigamos orando por la generación actual para que todos recibamos con alegría el Evangelio de Jesús, lo escuchemos y lo comuniquemos con la novedad de una vida con sentido.

Con mi afecto y bendición.




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