Fortalecer la esperanza

Gerardo Luna Tumoine.
Gerardo Luna Tumoine.

Estamos viviendo un momento que exige optimismo, resistencia, valor y visión. En pocas palabras, nuestra vida se basa en la esperanza, en el deseo de que todo salga bien. La esperanza se refiere al futuro. Aunque no se puede garantizar nada sobre el futuro, mantenemos la esperanza, que es mucho mejor que ser pesimistas. También … Leer más

Estamos viviendo un momento que exige optimismo, resistencia, valor y visión. En pocas palabras, nuestra vida se basa en la esperanza, en el deseo de que todo salga bien. La esperanza se refiere al futuro. Aunque no se puede garantizar nada sobre el futuro, mantenemos la esperanza, que es mucho mejor que ser pesimistas. También a nivel global tenemos motivos para la esperanza.

Todos nacemos de nuestra madre, crecemos bajo sus cuidados. Apreciar su bondad, sin la cual no habríamos sobrevivido, es una base para cultivar la esperanza desde la compasión.

Experimentar la bondad de nuestra madre nos da esperanza.  Si investigamos los casos de niños y niñas cuyas madres fallecen cuando son jóvenes, creo que encontraremos algunas cicatrices emocionales. Nuestras vidas dependen de la esperanza.

Si tenemos esperanza, seremos capaces de superar los problemas a los que nos enfrentemos. Pero sin ella, nuestras dificultades aumentarán. La esperanza está ligada a la compasión y a la bondad amorosa.

Todos en la vida hemos tenido la experiencia de una esperanza, nos hemos enfrentado a todo tipo de dificultades, pero nunca hemos perdido la esperanza. Además, ser veraz y honesto es una base para la esperanza y la confianza en uno mismo. Ser íntegro y honesto es un contrapeso a la falsa esperanza. La esperanza fundada en la verdad y la honestidad es fuerte y poderosa.

A la esperanza la podemos ayudar desde nuestro cerebro humano, nuestra inteligencia, que  nos permite adoptar una visión a largo plazo, sin pensar sólo en nuestras necesidades inmediatas. Podemos adoptar una perspectiva más amplia y considerar lo que nos interesa a largo plazo. Implica reconocer, por ejemplo, que el destructor más eficaz de la paz mental es el enojo, pero que este puede contrarrestarse desarrollando el altruismo y la compasión por los demás.

La ignorancia, es otra aflicción mental que nos causa muchos problemas como perder la esperanza, y puede ser neutralizada mediante el estudio. Un gran erudito tibetano comentó una vez que, aunque fuéramos a morir mañana, valdría la pena estudiar hoy. La ignorancias se vence con la esperanza de ser mejores mediante la lectura.

La educación moderna creo que puede combinarse de forma útil con el funcionamiento de la mente para que la esperanza sea real, es decir de acuerdo con la realidad. Además, puede combinarse con métodos para abordar las emociones destructivas.




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