
Hoy en la Opinión de Jaime Santoyo Castro.
A la mitad del período sexenal del Presidente de la República, se celebra la elección para designar a los Diputados al Congreso de la Unión, relevante en nuestros sistema democrático de equilibrio de poderes. Se trata, según los analistas, de la elección más trascendente de la historia. Es un día clave para el futuro de … Leer más
A la mitad del período sexenal del Presidente de la República, se celebra la elección para designar a los Diputados al Congreso de la Unión, relevante en nuestros sistema democrático de equilibrio de poderes.
Se trata, según los analistas, de la elección más trascendente de la historia. Es un día clave para el futuro de la nación, por lo que los candidatos han hecho un esfuerzo sin precedentes para ganar la batalla en las redes sociales, para obtener el apoyo de las minorías, de los grupos de interés, de los votantes no comprometidos y para que sus simpatizantes participen activamente en los comicios convenciendo a familiares, amigos, vecinos y compañeros de trabajo.
La disputa por ver quién se queda con la mayoría de diputados se sitúa en una suerte de polarización entre alianzas partidistas inimaginables en epocas pasadas, y más allá de posturas ideológicas o propuestas de nación, se observa la intención de ganar el poder como paso intermedio para consolidar un régimen, un estilo, una tendencia gubernamental, frente a otro que; exigiendo equilibrios, ha tratado de hilar una propuesta alternativa viable para convencer, orientando sus acciones en explotar tímidamente las fallas o errores de la presente administración federal.
A través de las redes hemos visto mensajes alentadores, otros que generan revuelo, algunos con adhesiones, e incluso videos de todo tipo para atraer a los diversos sectores de manera segmentada, de acuerdo a los intereses de las mujeres, de los jóvenes, de campesinos, la tercera edad, la comunidad LGTB, o el grupo que sea.
Algunos con pocas propuestas y muchos adjetivos, centraron más su atención en atacar, acusar, investigar, vigilar o amenazar; otras en disimular o servir de comparsas, o haciendo notar yerros de los otros y presumiendo logros y virtudes propias.
En Zacatecas está en juego la gubernatura, 58 municipios y 30 diputaciones locales; y la elección se centra en la lucha por retener el poder o cambiar de alternativa.
Los candidatos ya hicieron su trabajo. Ahora nos toca a los ciudadanos decidir.
¡Salgamos a votar por Zacatecas y por México!