El papa y las candidatas

Si yo fuera el papa no recibiría a ninguna, pues no son jefas de estado y sólo acuden para lucrar con la visita.

“No hay nada más importante que aparentar ser religioso.” El Príncipe. Nicolás Maquiavelo.

La iglesia católica, la rama más grande e importante del cristianismo, ha tenido en la historia de nuestra patria un papel preponderante, no sólo como evangelizadora, en el sentido de engrosar sus filas de fieles, sino como educadora, proveedora de salud y con servicios asistenciales a favor de los que menos tienen

La política no le ha sido ajena, desde que se montó en el carro del poder invitada por el emperador romano Constantino, el grande, allá por el siglo IV, le encantó y le encanta.

La época virreinal da cuenta de la mayor actividad política del gran clero, a grado tal que arzobispos eran a veces oidores y hasta virreyes; en las cortes de Cádiz diputados del virreinato pertenecían al clero, por cierto uno de Pinos, Zacatecas, el preclaro Miguel Villagordoa y qué decir de los curas Hidalgo y del gran Morelos, padres de la patria, por ser iniciadores de la independencia.

Largo sería recordar el papel de la iglesia y sus desencuentros y conflictos con el estado mexicano que surgió de la independencia, particularmente en la Reforma y en la post revolución, pero lo que es de ponerse en alto es que los políticos mexicanos de muy distintas épocas, siempre se han tratado de aprovechar de la figura del líder de los católicos, que es el papa o santo padre que oficia en Roma.

Aun cuando en los últimos tiempos el número de católicos ha decrecido en México, por causas distintas, una de ellas el avance de las iglesias evangélicas o protestantes, a las que por siglos se les cerró la puerta, siguen siendo grupo mayoritario y por eso los políticos en tiempos electorales tratan de aprovechar todo.

Recordamos al inefable Vicente Fox celebrando allá en el Vaticano la anulación de su matrimonio (un juicio canónico por cierto muy cuestionable, jurídicamente hablando) para casarse con su vocera, la indómita y ambiciosa Martha.

Y en estos días asistimos hasta con pena ajena a una especie de competencia de las candidatas Xóchitl Gálvez y Claudia Shembaum para ver al papa y gritar a su electorado, que las recibió el santo padre, las bendijo y hablaron con él, desde luego con la fotografía como prueba fehaciente del encuentro.

Qué patéticas y oportunistas se ven en su afán de congraciarse con su electorado.

Pobre Francisco, obispo de Roma y sucesor de Pedro que si recibió a una, tiene que recibir a la otra, aunque ninguna puede presumir ser una sincera cristiana o que acuda con un corazón contrito a recibir la bendición papal, además de que el propio evangelio aconseja la discreción en la oración, pues de otra forma se torna en una práctica farisaica,

Aparentar puede ser redituable, aconsejaba el gran Maquiavelo.

Si yo fuera el papa no recibiría a ninguna, pues no son jefas de estado y sólo acuden para lucrar con la visita.

El marcaje de una candidata hacia la otra, es muy claro y entendible en una lid comicial, pero resulta hasta chocante que eso derive en copiarse la una a la otra sus actividades político proselitistas, algunas tan falsas como la que se comenta. En principio eso enseña falta de creatividad y lo más importante, que la una piensa que si no hace lo que la otra hizo, reciente a la baja en las encuestas, lo que también es prueba de cierta debilidad. En una contienda es natural velar armas, pero no es natural replicar todo lo del adversario, seguir su agenda, como ahora se dice.

Ya nomás nos falta ver al paisano Álvarez Máynez volar a la ciudad eterna también a besar el anillo del pescador, con sus fosfo tenis, una de las frivolidades que produjeron los que gobiernan a los regios.

¿Qué más veremos en una campaña que legalmente todavía no comienza? Dónde están los programas de gobierno que vayan al fondo de los grandes y graves problemas que tiene nuestra patria y que el presidente nos va quedando a deber, como la inseguridad y la salud, entre otras.

Y mientras tanto cruzamos ya la mitad del sexenio y no vemos resultados en los grandes problemas del estado. Esperamos que no sea sólo un gobierno de gestión. Hay tiempo.

[email protected]




Más noticias


Contenido Patrocinado