El orden social

En todo conglomerado social hay dos grupos que aunque no son antagónicos, siempre se encuentran en conflicto porque persiguen objetivos diferentes.

Uno es el grupo de los gobernantes que investidos de autoridad, con frecuencia tienden a abusar del uso del poder y de la fuerza y por otro lado, el grupo de los gobernados, investidos de libertad, con la tentación de hacer uso excesivo de ella.

En ambos grupos nos encontramos siempre a algunos actores que no se sujetan al marco del derecho, y realizan acciones orientadas a ir más allá de lo que la Ley permite. La autoridad está sujeta a cumplir el principio de legalidad, que significa que sólo puede hacer lo que la ley le permite o le ordena, en tanto que el gobernado debe hacer lo que la ley le ordena, debe abstenerse de hacer lo que la ley le prohíbe y puede hacer todo aquello que no le esté prohibido.

Así pues, gobernados y gobernantes son víctimas de las tentaciones a pasar los límites, lo que significa que están en permanente lucha por imponerse uno sobre el otro, pero siempre, en medio de ambos, se encuentra el orden social, que se logra al cumplir las normas que hemos establecido para regir la conducta de unos y otros.

Cuando la autoridad respeta el margen que tiene para ejercer el poder, y la sociedad actúa dentro de los limites que tiene para ejercer la libertad sin ofender la libertad de los demás, nos encontramos ante un orden jurídico perfecto, que lamentablemente es un ideal, pues por un lado observamos guerras, por otro lado vemos terrorismo, trafico de drogas, asesinatos, robos, secuestros, fraudes, lesiones, etc.

Para evitar el caos y el desorden, la sociedad ha construido una serie de normas que contienen un catálogo de derechos y de obligaciones, ha establecido tribunales con facultades para imponer sanciones a quienes quebranten el orden y ha creado una serie de instituciones para propiciar el desarrollo económico y social de la población, educación, salud, empleo, seguridad, armonía, libertad, y otras para disminuir la pobreza y la desigualdad, empoderar a las mujeres ya los jóvenes y procurar el que se logre el fin ultimo del derecho, que es la justicia. Libertad y autoridad, pues, deben equilibrarse para poder gozar del orden social.