Debo decirlo… Milei, ¿una ultraderecha mesiánica?

Javier Milei es un personaje que surge gracias a una coyuntura política-económica frustrada,  propiciando un discurso radicalizado.

A lo largo de la historia, hemos visto el surgimiento de diferentes gobiernos autoritarios, ostentándose como perfiles “libertadores o redentores”, estos gobiernos, naturalmente, nacen de los fracasos de los gobiernos de izquierda donde han dejado mucho que anhelar, o donde crisis económicas han provocado la caída de los mismos.

En Argentina vemos un caso muy interesante, donde el triunfó de Milei en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 2023, ha impactado en la tendencia política de América Latina, donde la izquierda estaba predominando y obteniendo mayor peso, en países como Colombia con Gustavo Petro, Brasil con Lula da Silva, Chile con Gabriel Boric, y en nuestro país con Andrés Manuel López Obrador, es así que, de manera extraordinaria más no sorpresiva, las economías más importantes de Latinoamérica pertenecen a una ideología liberal.

Este nuevo giro político, deriva del disgusto entre la población, donde el pueblo no elige a estos candidatos por preferencia ideológica, sino que es más por una razón de condenar y modificar el modelo político conservador que se ha llevado a cabo durante las últimas décadas.

Por supuesto, el caso de Argentina es diferente, donde los gobiernos Peronistas o la preeminencia de los Krichner provocaron un país sumergido en la pobreza, corrupción e inseguridad, además de políticas económicas que no prosperaron, ocasionando una recesión económica que no se había presenciado desde el año 2002.

En este sentido, se dieron las condiciones perfectas para el surgimiento de un nuevo modelo político, un movimiento que se ostenta como una alternativa radical y generador de un cambio revolucionario y contrapuesto al discurso liberal. Javier Milei es un personaje que surge gracias a una coyuntura política-económica frustrada,  propiciando un discurso radicalizado, en el que su gobierno se niega a negociar y a generar consensos, ya que eso es característico del “circo” de las “castas” que gobernaban el país y que provocaron una Argentina quebrada.

Después de todo, ¿realmente los que necesita Argentina es un gobierno radical?, un radicalismo que en pleno siglo XXI elimina el lenguaje inclusivo, una herramienta que promueve la igualdad, inclusión y el respeto por los derechos humanos; este autoritarismo es la esencia del nuevo gobierno, que desde sus primeros días se impulsaron decretos y leyes que destruyen relaciones laborales, sociales y ambientales, cuestiones que para cualquier país son la base para el progreso y el crecimiento económico.

Como era de esperarse, la confrontación provocada por 2 ideologías contrapuestas ha originado distintos roces entre los diferentes lideres que representan la izquierda en América, ya que el triunfo de Milei simbolizó perder uno de los países más importantes y por ende frustrar la consolidación de la izquierda en las 5 economías más importantes de la región.

Colombia y Argentina vivieron días de tensiones diplomáticas, que llevaron a los insultos entre ambos lideres a tal grado de comprometer las relaciones diplomáticas, y por ende las relaciones bilaterales en materia económica, sin pensar en el beneficio de sus gobernados, afortunadamente todo quedó en solo unas amenazas.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, también tuvo algunos altercados con Javier Milei, ya que después de que nuestro presidente lo llamara “Facho conservador” su homólogo argentino respondió llamándolo “ignorante”, a pesar de ello, las relaciones diplomáticas siguen intactas.

Es menester señalar, que los desacuerdos entre los diferentes lideres de América, ya sea por ideologías o simplemente por simpatía, no debe llevar consigo una decisión que afecte a los gobernados, sino que se debe de respetar las decisiones populares que llevaron a los gobernantes a ser los representantes de cada país.

El tiempo es sabio y solamente él nos mostrará en un futuro cuál de las dos ideologías y decisiones fueron las correctas en beneficio de cada país, no obstante, el crecimiento de la izquierda se ha incrementado, no solo en América , sino en el mundo, y en un planeta cada vez más liberal, se debe cuestionar el planteamiento de un autoritarismo radical.

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