De la Rosa y Punto Final

Pablo Torres Corpus.
Pablo Torres Corpus.

Zacatecas ha tenido un trienio fatídico, en 2019 despedimos al gran Rafael Coronel, apenas el año pasado vivíamos en luto por el deceso del ilustre Manuel Felguérez y hace menos de una semana nos abandonó el maestro Juan Manuel De La Rosa. Estas tres partidas han significado una especie de orfandad cultural para los zacatecanos … Leer más

Zacatecas ha tenido un trienio fatídico, en 2019 despedimos al gran Rafael Coronel, apenas el año pasado vivíamos en luto por el deceso del ilustre Manuel Felguérez y hace menos de una semana nos abandonó el maestro Juan Manuel De La Rosa.

Estas tres partidas han significado una especie de orfandad cultural para los zacatecanos y todos aquellos que han seguido la vida y obra de estos personajes.

Por circunstancias diferentes tuve la suerte y oportunidad de conocer y convivir con estos tres artistas.

Todas especiales, pero con Juan Manuel De La Rosa no empezó de la mejor manera: en 2008 trabajábamos en la modernización de la casa museo “Ramón López Velarde” en Jerez, se trabajaba a puerta cerrada.

Un día, de repente un desconocido entró y sin mediar palabra, empezó a dar un recorrido a sus acompañantes.

Cuando se le impidió el acceso a la cocina de forma enérgica dijo: no saben quién soy yo, a lo que se respondió no; sonrío un poco, cambió el tono de voz y amablemente se presentó como Juan Manuel De La Rosa, a los neófitos nos platicó de dónde venía, a qué se dedicaba y que le gustaba hacer.

Nos dijo que, una de las exposiciones que más le habían motivado fue una que había hecho años antes en la casa del poeta, ahí mismo propuso que la sala “la suave Patria” se montara una exposición permanente con obras de artistas zacatecanos inspiradas en la obra de López Velarde, proyecto que por cierto sigue pendiente.

Después por cuestiones de trabajo empezamos a coincidir más frecuentemente, alguna ocasión tuve el honor de asistir a una espectacular fiesta en Sierra Hermosa.

Lo recuerdo sencillo, amable y un tanto pícaro, me regaló una de sus obras abstractas y al preguntarle qué significaba me dijo: que me caes bien.

La última vez que platiqué con él fue en una cena en honor a Felguérez, tuvimos diferencias de ideas, se volteó y se fue.

A los pocos minutos regresó y riéndose me dijo: ya vi que no me puedo pelear contigo, tú tienes el whisky, reímos, brindamos y quedamos en comer para platicar en paz sobre café y mezcal. Descanse en paz.

Punto Final

El poder es para poder, no para joder.




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