AMLO: un presidente itinerante

Eduardo Ruiz-Healy.
Eduardo Ruiz-Healy.

Del 1 de diciembre de 2018 al día de ayer transcurrieron 303 días. Durante este periodo el presidente Andrés Manuel López Obrador realizó giras de trabajo por todo el país y visitó a cada una de las 32 entidades federativas. Desde que es presidente ha realizado estos viajes: 11 al Estado de México; seis a … Leer más

Del 1 de diciembre de 2018 al día de ayer transcurrieron 303 días.

Durante este periodo el presidente Andrés Manuel López Obrador realizó giras de trabajo por todo el país y visitó a cada una de las 32 entidades federativas.

Desde que es presidente ha realizado estos viajes: 11 al Estado de México; seis a Veracruz; cinco a Chiapas; cuatro a Coahuila, Nuevo León, Oaxaca, Quintana Roo, Tlaxcala y Yucatán; tres a Chihuahua, Durango, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Nayarit y Tabasco; dos a Aguascalientes, Campeche, Michoacán, Morelos, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa y Zacatecas; uno a Baja California, Baja California Sur, Colima, Guanajuato, Sonora y Tamaulipas.

Además, en 29 ocasiones realizó giras o asistió a eventos en la Ciudad de México.

Por lo menos una tercera parte del tiempo que lleva gobernando ha estado viajando por el país.

Si tomamos en cuenta que el presidente no tiene aviones ni helicópteros para su uso personal y que se transporta por el país en aerolíneas comerciales y por tierra, el esfuerzo que le dedica estos viajes es considerable.

En los aeropuertos es abordado por personas que algo le quiere decir y desean tomarse una foto o selfie con él. Lo mismo ocurre en muchos de los eventos que encabeza o las visitas que realiza a ciudades, pueblos y comunidades.

Durante las horas en que viaja en coches o camionetas ve al país a ras de tierra y no desde la ventanilla de un avión. Es usual que se detenga para comer en alguna fonda o restaurante que encuentre en el camino o para ver un paisaje que le llame la atención. Muchas veces comparte esos viajes con sus seguidores a través de mensajes o videos que difunde por medio de sus redes sociales.

Esa forma de viajar lo mantiene en permanente contacto con la gente y es probable que nunca en la historia de nuestro país un presidente haya estado tan cerca de sus gobernados.

La popularidad que disfruta el presidente se debe a varios factores, pero indudablemente su manera de ir y venir por todo el país, tal como lo hace cualquier persona con ciertos recursos económicos, es uno de ellos.

Sus detractores o adversarios lo acusan de perder demasiado tiempo al viajar en aerolíneas comerciales y por tierra, como si eso le importara mucho al ciudadano común y corriente. Olvidan que la mayoría de los mexicanos se hartaron de los excesos y dispendios de los presidentes priistas y panistas. Y no solo los de ellos sino los de todos los funcionarios federales y locales que gastaron quién sabe cuántos recursos públicos para adquirir aviones, helicópteros y camionetas blindadas.

Caray, hasta unos presidentes municipales del Estado de México adquirieron helicópteros para no tener que lidiar con el tráfico que su propia ineptitud fue incapaz de resolver.

Los críticos del presidente evidentemente añoran las viejas formas casi monárquicas que caracterizaron a la mayoría de los gobernantes y funcionarios federales y locales, sin importar a qué partido pertenecieran. No aceptan que precisamente fueron esos excesos los que contribuyeron al desprestigio de la clase política.

El ser un presidente itinerante mantiene a Andrés Manuel en contacto con la gente. Si algún día, por alguna razón, dejara de serlo, su popularidad se varía menguada.




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