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El mandatario mezcla discurso religioso con llamado al diálogo.
VENEZUELA.- El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, encabezó este martes un encuentro con líderes religiosos en el Palacio de Miraflores, donde proclamó a Jesucristo como “señor y dueño” del país y declaró la sede del Ejecutivo como “un gran altar de oración y de fuerza”.
El acto, transmitido por el canal estatal VTV, reunió a pastores evangélicos, a la primera dama Cilia Flores y a Nicolás Maduro Guerra, vicepresidente de Asuntos Religiosos del PSUV.
“Este palacio presidencial es el palacio del pueblo y, desde hoy, un altar para glorificar a Dios”, afirmó durante el Encuentro Binacional de Oración por la Paz.
Además, leyó un manifiesto en el que reiteró su compromiso con la libertad de culto y aseguró que, como ciudadano y jefe de Estado, se “radicaliza con Cristo”. También llamó a las iglesias de Estados Unidos a unirse a Venezuela “para que reine la paz y la concordia”.

Maduro insistió en que reconoce “al único Dios real y verdadero”, al tiempo que defendió la necesidad de mantener canales de diálogo con Washington. La prensa oficial presentó el evento como un mensaje de unidad nacional y un ejercicio espiritual orientado a “proteger la paz”.
Sin embargo, el encuentro se desarrolló en medio de una escalada política y militar con Estados Unidos. El Comando Sur informó recientemente sobre el ingreso al Caribe del USS Gerald R. Ford, el portaaviones más avanzado de la Armada estadounidense, como parte de operaciones contra el narcotráfico.
Paralelamente, el Departamento de Estado anunció su intención de designar al Cartel de los Soles —que vincula a altos funcionarios del chavismo— como organización terrorista extranjera a partir del 24 de noviembre.
El gobierno de Trump afirmó que no descarta opciones militares, aunque el entonces presidente sostuvo que estaría dispuesto a conversar con Maduro: “Hablaría con cualquiera. Veremos qué pasa”. Maduro replicó que un ataque militar significaría “el fin político” de Trump y dijo estar listo para un diálogo “cara a cara”.
En respuesta a la presión internacional, Caracas reforzó patrullajes navales y operativos contra redes criminales, e impulsó la participación de milicias voluntarias. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, adelantó que unos 15 mil efectivos participarán en estas operaciones marítimas y terrestres.