Pido castigo

Por esos muertos, nuestros muertos, pido castigo. Por los que de sangre salpicaron la patria, pido castigo.” Veo la calle por donde pasan los camiones militares; hombres cubiertos de uniforme, con los rostros tapados, con la mirada profunda, sosteniendo un arma… adelante del convoy una camioneta con una metralleta que va irrumpiendo la tranquilidad de … Leer más

Por esos muertos, nuestros muertos, pido castigo. Por los que de sangre salpicaron la patria, pido castigo.”

Veo la calle por donde pasan los camiones militares; hombres cubiertos de uniforme, con los rostros tapados, con la mirada profunda, sosteniendo un arma… adelante del convoy una camioneta con una metralleta que va irrumpiendo la tranquilidad de la tarde.

Esta es nuestra nueva realidad, la realidad que dejamos crecer.

Hace dos años, un candidato presidencial arengaba promesas en plazas y calles repletas, con gran animosidad prometía regresar al Ejército a los cuarteles y no dejarlos a cargo de la seguridad pública.

Ahora el mismo, embestido de mandatario, firma el decreto presidencial publicado el 11 de mayo en el Diario Oficial de la Federación, por el cual el Ejército cuidará de la seguridad pública en el país por lo menos durante los siguientes cinco años.

Sería fácil reprochar la mentira vil, pero no sería para provecho.

Pero si somos sinceros, el crimen creció en México porque encontró en nuestras calles, en nuestras casas, en nuestras escuelas, en nuestras familias; tierra fértil.

Porque como mexicanos no cuidamos del otro; si a alguien le está pasando algo será su problema, no seré yo quien llame a la policía, o quien abra la puerta de mi casa para darle refugio.

Si algún amigo consume, es su problema, no el mío. Es más fácil robarse una cuadra en sentido contrario que tener que ir a rodear, es más fácil saltarse la fila y ser el primero.

México tiene el más ruin de los cánceres; aquél que vive, expande la indiferencia y la frialdad.

Los jóvenes y los grandes, los pobres y los ricos, los hijos y los padres, los que hacen y los que critican. Todos somos indiferentes al otro, pero eso sí, que no se viole mi libertad, mis garantías constitucionales, mis derechos.

El mexicano debe de pensar en darle a México, no solo en extraerle sangre.

¿Acaso se necesita un Ejército dispuesto a disparar para obedecer la ley?

Por eso los mexicanos moriremos o con la bala del criminal o con la bala del prepotente militar.

*[email protected]




Más noticias

José Napoleón García
José Napoleón García
José Napoleón García
José Napoleón García
José Napoleón García
José Napoleón García

Contenido Patrocinado