El tejido social

Si nos preguntáramos qué tanto los avances tecnológicos y científicos se han dado para facilitar nuestra vida y para hacer de este mundo algo mejor; por fuera afirmaríamos que así es, que el mundo es más moderno que la gente es más feliz, pero viendo la realidad así como hemos vivido estos grandes adelantos, también … Leer más

Si nos preguntáramos qué tanto los avances tecnológicos y científicos se han dado para facilitar nuestra vida y para hacer de este mundo algo mejor; por fuera afirmaríamos que así es, que el mundo es más moderno que la gente es más feliz, pero viendo la realidad así como hemos vivido estos grandes adelantos, también hemos vivido un deterioro en el tejido  social y en valores. Utópicamente  todo  este desarrollo apabullante de la tecnología debería ir de la mano del aumento de valores y debería servir para acabar con el deterioro del tejido social.

Mi hijo en la universidad tuvo que ir a hacer unos estudios arquitectónicos en la ribera de Chapala y llegó impresionado de cómo es que está mal el tejido social en muchos  de estos pueblos. Personalmente, yo hace poco fui a una comunidad en las afueras de la ciudad y como iba a hacer unas encuestas para la familia pude entrar a varias casas; como en estas comunidades viven los abuelos, hijos y nietos en la misma cuadra y a veces en la misma casa, constaté con mucha tristeza, también  como mi hijo, lo mal que está nuestro tejido social; eso se palpa en la  diferencia de generaciones, desde en la vestimenta como  hasta en la educación. Los abuelos que vi, eran de buen porte; bien vestidos, educados y los hijos y nietos, muchos influenciados por sus vidas en ” el otro  lado”, traían unas fachas, tatuajes, sobrepeso y casi nada de educación Los cambios tecnológicos y  la migración han sido un arma de dos filos pues así como han beneficiado, socialmente y humanamente para la mayoría, ha sido una muy mala influencia.

Todos nos acordamos de un México lindo y querido donde existían los valores, el respeto a los abuelos, las genuinas tradiciones, las fiestas populares, y cómo quisiéramos que siguiera así.

Hay que reflexionar y ver qué es lo que debemos hacer para que el tejido social no se siga deteriorando; para que los valores de civismo, honradez, educación, entre muchos  otros, se vivan en todos los niveles.

Como siempre les digo, desde la familia se puede arreglar el mundo, si cada familia fuera  lo que debe de ser; si en la familia se supiera manejar con madurez la tecnología que está a nuestro alcance, si en la familia se fomentaran todos los valores, el mundo empezaría a cambiar.

Hoy es tiempo de empezar,  de que cada uno pongamos nuestro granito de arena para mejorar nuestro entorno, trabajo y  hogares; si no hacemos nada luego no nos quejemos de cómo están las cosas.

Foto: Cortesía.



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Isabel Orendain

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