Quita salación

A la salación también se le conoce como cruzar, es decir poner en su camino obstáculos para que no avance.

Por eso cuando se les cura se le nombra descruzar, o sea quitar algún cruce que tenga la persona y  lograr que queden sus campos abiertos para su progreso.

Existes distintos descruces, tanto de agua, fuego, tierra y aire, pero este ritual ayudará en cualquiera de sus variedades.

Procedimiento

Primero se pone un limón (el más bonito que encuentre sin manchas) debajo de la cama, procura que quede exactamente donde tienes la cabeza.

Ahora dejarás el limón por 3 días y 3 noches, tiempo durante el cual no debes tocar el limón.

Al 4 día en un lugar limpio, ya debes tener dos platos blancos, a los cuales les dibujarás un círculo de romero seco. Después, con una bolsa tomas el limón y lo cortas en cuatro; pero sin desgajar.

Luego pones el limón dentro del círculo del romero y le rocía sal. Mientras que con un algodón mojado de alcohol limpiarás una vela negra, la que colocarás en el otro plato.

Ahora enciende la vela, mientras dices el siguiente conjuro:

“Todos los hechizos contra mí se congregan dentro de este limón. Ese es su destino, se quedan por qué es su tumba. Su destino es este limón. Se quedan por qué cada hechizo contra mí se seca.

Cada salación aquí se queda. Aquí lo veo. Aquí lo dejo. Aquí lo ciego. Descruzo, descruzo, descruzo. Así es mi voluntad.

Está sal que es para mí rompe y ataca las oscuras energías dentro de este limón agrio, donde atados quedan los hechizos con sal y mueren. Cuando el limón se seca estoy liberado de daños y toda desesperación.

Feliz y libre de todo mal ahora me veo y me ven, porque es mi voluntad que así sea.”

Recolecta la salación

Después procura rociar con sal al limón y ten a la mano otras velas negras, ya que si se acaba la que pusiste, quitas sus restos y tendrás que poner otra.

Recuerda que cada vez que riegas sal o cambias una vela dices el conjuro y los restos de vela ponlos dentro de un frasco de vidrio.

Cuando notes que el limón se haya secado, endurecido o enlamado, deberás colocarlo con guante dentro del frasco dónde pusiste los restos de vela.

Luego le pondrás sal gruesa y romero, junto con todos los restos de vela y romero.  Se cierra el frasco y se cubre con tela negra. Al final, lo pones en una bolsa negra y lo entierras lejos de tu casa.

De ser posible lo más profundo que se pueda en la tierra, pero jamás lo entierres en un panteón.