
Serrano Gutiérrez lleva 37 años en ese oficio que, de acuerdo con su memoria, comenzó alrededor del año 1985, cuando intentó desarrollar el diseño de muebles para estancias y comedores.
GUADALUPE.- Salvador Serrano Gutiérrez dice que no es el artesano consentido de Guadalupe, “sólo uno de los más constantes; quizás el más grande de todos ellos, el abuelo” pero que, aun así, él mismo talla de manera delicada y cuidadosa, cada una de las piezas que constituyen sus estancias en miniatura.
Serrano Gutiérrez lleva 37 años en ese oficio que, de acuerdo con su memoria, comenzó alrededor del año 1985, cuando intentó desarrollar el diseño de muebles para estancias y comedores pero que, al final, sus diseños fueron a escala, con lo que olvidó hacer los grandes.
“Decidí entonces dedicarme a los pequeños, porque comencé a ver la realidad de otra manera, como un juego en el que tienes que ser especialmente cuidadoso porque debes saber divertirte, divertir a otros, halagarlos y vender”.
Chava señaló, de la misma manera que, para él, esas casi cuatro décadas le mantienen satisfecho, a pesar de todas las adversidades. “No siempre está uno de humor para soportar las contrariedades, de modo que en ese sentido se procura hacer lo mejor que no puede”, dijo.
“Pero lo que más me gusta saber es que las artesanías que salieron de mis manos se venden, eso me brinda muchas satisfacciones”, destacó el creador popular.
Chava tiene ahora 86 años y le agrada saber que ha sido reconocido en diversas ocasiones por las autoridades de cultura en la entidad, “internacionalmente no, pero aquí dentro sí me han reconocido”.
De la misma manera, refirió que en el país se le ha destacado en diversos concursos, “tantos que por ahí tengo guardados todos esos premios”.
Serrano Gutiérrez, antes de dedicarse a lo que verdaderamente ama hacer en la vida, como sus artesanías, duró alrededor de 30 años como maestro en el estado de Zacatecas.
Fue al jubilarse como aprendió a trabajar las miniaturas en madera, a partir de una calidad que le permitió abrirse paso en ese tipo de objetos para decoración, adorno o disfrute.
“Al paso del tiempo, traté de que todas esas figurillas tuvieran una técnica específica de acabado”, que él afirma haber ido perfeccionando con el tiempo.
Respecto de cuántos muebles en pequeño ha diseñado, refirió que esa pregunta mejor la debiera responder el Chapulín colorado; “no lo sé sin duda que han sido miles”.
Y, sobre las ganancias, destacó que de ellas no se vive, pues éstas no dan para comer ni modestamente o para sacar adelante a una familia.
“No es algo de lo que pueda uno sobrevivir, sobre todo porque las artesanías en este momento están muy devaluadas”.