Birriería Trancoso, un negocio familiar

ZACATECAS.- Don Manuel Alvarado Martínez, un hombre de enérgico ánimo, puede presumir que todavía existen lugares donde encontrar birria a precios accesibles y de una exquisitez particular, porque dice que “no le gusta clavarle la uña a su clientela”. Su birriería se llama Trancoso, ya que es oriundo de este “hermoso y bello pueblo”, al … Leer más

ZACATECAS.- Don Manuel Alvarado Martínez, un hombre de enérgico ánimo, puede presumir que todavía existen lugares donde encontrar birria a precios accesibles y de una exquisitez particular, porque dice que “no le gusta clavarle la uña a su clientela”.

Su birriería se llama Trancoso, ya que es oriundo de este “hermoso y bello pueblo”, al que considera rico en historia por su hacienda y por su gente, del cual se siente más que orgulloso por sus raíces trabajadoras.

Desde los seis años, don Manuel se ha dedicado a la venta de birria, y con una sonrisa bien marcada, dijo que él llegaba hasta la capital procedente de Trancoso con su abuelito en los camiones de Los Altos.

Su negocio estaba ubicado en el mercado González Ortega de la avenida Hidalgo, luego se pasaron al mercado 8 de Septiembre, que estaba en la actual plazuela Genaro Codina, y posteriormente cuando demolieron ese espacio, se pasaron a lo que hoy es el Laberinto.

Sin embargo, dijo que antes de que se construyera tal y como están en la actualidad, todos los comerciantes que trabajan en el mercado 8 de Septiembre, fueron removidos a la callejón Crucero de Independencia, entre el Laberinto y el hotel Condesa.

Ahí fueron reinstalados al aire libre carniceros, vendedores de comida, de frutas, verduras entre otros.

Fue gracias a los “periodicasos”, donde denunciaban que cómo era posible que estuvieran en plena calle a expensas de los aguaceros en temporada de lluvias, habiendo un espacio abandonado a un lado.

Es así como Don Manuel Alvarado desde hace más de 50 años, sigue viniendo todos los días a la capital a ofrecer su exquisita birria de chivo, borrego y res; diariamente se prepara desde las 6 de la mañana, para llegar a ofrecerla a las 7:15.

Él se regresa a Trancoso en las tardes para preparar la carne del día siguiente y así ha realizado esta ardua labor por más de cinco décadas, actividad que se ha pasado de generación en generación dentro de su familia.

Actualmente, aparte de deleitar por 42 pesos que cuesta un plato grande de birria, le da empleo a su familia, entre hijos, nietos y yernos, a quienes ha sacado adelante con el fruto de su trabajo, que está dispuesto a seguir haciendo hasta que sus fuerzas se lo permitan.

Imagen Zacatecas – Carlos Montoya




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