En los círculos literarios existen escritores que tienen grandes amistades, coincidencias ideológicas, opiniones divididas o estilos diversos, pero que comparten la misma inquietud por las creaciones literarias. A continuación, algunas amistades entre escritores que coincidieron en tiempo, unieron lazos y compartieron sus obras entre ellos. José Agustín y José Revueltas Ambos escritores fueron grandes amigos. … Leer más
En los círculos literarios existen escritores que tienen grandes amistades, coincidencias ideológicas, opiniones divididas o estilos diversos, pero que comparten la misma inquietud por las creaciones literarias.
A continuación, algunas amistades entre escritores que coincidieron en tiempo, unieron lazos y compartieron sus obras entre ellos.
Ambos escritores fueron grandes amigos. Tuvieron varios proyectos juntos entre los que destacó la elaboración del guion cinematográfico de El Apando, obra de Revueltas donde se relata la estancia de los presos en la histórica cárcel de Lecumberri, donde el gobierno mexicano solía encerrar a los presos políticos y donde los dos estuvieron recluidos por sus inclinaciones al comunismo.
Incluso José Agustín rinde un homenaje a su amigo en la novela Armablanca, donde figura un personaje llamado José Cordero, que no es más que una alusión al autor de Dios en la Tierra, un viejo y brillante escritor que apoya al movimiento estudiantil que se desarrolla en la trama de la novela de José Agustín.
El escritor mexicano Carlos Fuentes tuvo una gran amistad con estos iconos de la literatura latinoamericana como lo fueron Octavio Paz, Julio Cortázar y Gabriel García Márquez.
Fuentes siempre necesitó de la amistad de los tres para nutrirse de sus conocimientos y aportaciones para poder explorar otros rubros que no eran los suyos.
La amistad que sostuvo con los literatos quedó grabada en una larga correspondencia que abarcó desde los años 50 hasta los 80, misma que la Biblioteca Fireston, de la Universidad de Princeton, adquirió y mantuvo durante 19 años resguardada.
El 15 de mayo de 2014 fue abierto el archivo, en el que destaca una carta enviada a Cortázar el 16 de noviembre de 1955 desde la Ciudad de México a París y en el que lo invitó a colaborar en la Revista Mexicana de Literatura, a lo que el escritor argentino le mandó un cuento y lo felicitó por el relato Chac Mool, el cual venia publicado en la revista que le hizo llegar.
Ambos escritores y periodistas se conocieron en 1956 y a partir de ese momento surgió una gran amistad que perduraría hasta la muerte de Monsi, como era llamado por muchos.
Coincidieron en diversas ocasiones, una en el terremoto de 1986 en la Ciudad de México, suceso que sacudió al país y del que lograron rescatar una serie de crónicas y relatos sobre los escenarios que dejó la catástrofe.
Compartieron el gusto por la literatura intercambiando sus textos, y también la afición a los gatos como mascota.
La muerte de Monsiváis fue un duro golpe para Poniatowska, quien escribió una carta titulada ¿Qué vamos hacer sin ti Monsi?, en la que recuerda a su amigo y destaca la fiel vocación lectora y periodística que poseía, pues a las 7 de la mañana ya había leído todos los diarios, recuerda.
Imagen Zacatecas – Alejandro Castañeda