Las deudas públicas

En la entrega anterior mencionamos que la deuda pública en los últimos 15 años ha sido el principal mecanismo para generar el desarrollo y la expansión del capital, a partir de los acuerdos de las elites políticas y económicas.

La deuda pública ha sido el principal mecanismo de financiamiento de las administraciones públicas locales y  a nivel nacional, este modelo económico que, hasta hace dos años, tenía condiciones económicas favorables y disponía de excedentes petroleros en un contexto de estabilidad económica global. Por ello, tanto los gobiernos estatales y municipales incrementaron las emisiones de deuda en los mercados, las cuales son pagaderas a plazos de 15 hasta 30 años.

La deuda pública del gobierno federal hasta diciembre de 2016, ascendía a 9 billones 934 mil 344 millones de pesos, lo que ha representado según datos de la Secretaría der Hacienda un aumento de 10.2% anual desde 2011 a 2016.

Este año, la Secretaría de Hacienda Pública informó que la deuda de los estados y municipios del país asciende hasta el primer trimestre de 2017 a 568 mil millones de pesos, lo que equivale al 3.1% del Producto Interno Bruto del país. 

En ese contexto la deuda pública y su aumentó continuó es un altísimo riesgo para las finanzas públicas y su sostenibilidad.

A pesar de estos riesgos, esa ha sido la tendencia que fue impulsada desde los grandes organismos internacionales: Fondo Monetario Internacional (FMI),  Banco Interamericano de Desarrollo (BID),  Banco Mundial (BM), Reserva Federal de los Estados Unidos entre otras organizaciones.

Sin embargo, el anuncio de la Reserva Federal Estadunidense y el Banco Europeo, que el dinero fácil y barato se acabó, este anuncio es importante porque son las entidades que tienen o van con adelanto en sus perspectivas de futuro. La reserva federal ha aumentado el precio del dinero y ha dejado de comprar deuda.

Este es uno de los indicios que de una u otra manera determinarán los lineamientos de los organismos internacionales que mencionábamos y definirán los criterios de endeudamiento y deuda.

Esto va a ser importante porque transformará la gestión del dinero en los organismos bancarios de fácil y barato a caro y difícil.

Esta futura dinámica va cambiar los procesos de refinanciación de las regiones y el país. Los efectos del fin de la abundancia pueden ir desde reducciones presupuestales hasta la valoración y pertinencia de administraciones regionales y municipales. 
Nota.

La excesiva dependencia de la deuda pública en las administraciones ha impulsado otro tipo de actores que interactúan entre los políticos que conducen al gobierno, las entidades financieras y las instituciones gubernamentales. Los cabilderos.

Imagen Zacatecas – Redacción