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La inteligencia irracional

Entre la bohemia racionalista es común considerar irracional todo aquello que no se comporta según los principios universales del cálculo numérico y la consistencia lógica. Pero la experiencia de habitar el mundo proporciona un conjunto infinito de sucesos y actividades que no gravitan en torno a esta consideración técnica del mundo. Para comenzar, el pensamiento … Leer más

Redacción Zacatecas
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12 de octubre 2014

Entre la bohemia racionalista es común considerar irracional todo aquello que no se comporta según los principios universales del cálculo numérico y la consistencia lógica. Pero la experiencia de habitar el mundo proporciona un conjunto infinito de sucesos y actividades que no gravitan en torno a esta consideración técnica del mundo. Para comenzar, el pensamiento mismo no es algo tangible más que en una proporción mínima, comenzando por su base neurológica. O ¿acaso existen estudios irrefutables que describan cómo la energía de la sinapsis va transformándose en sueños, figuraciones, pensamientos, ideas, ficciones, enunciados lingüísticos o consideraciones estéticas, éticas o morales?

Al menos no conozco avances reales en este sentido. Pero con terrible frecuencia los fanáticos de racionalismo desconocen el valor de la humildad intelectual, y no tienen empacho en calificar, un día sí y otro día, también, de irracional aquello que transgrede los criterios suyos. Por ello, la vertiente neopositivista intentó expulsar al contaminado lenguaje cotidiano de los territorios de la ciencia, lo cual al final de la batalla no pudo consumarse porque la palabra es mucho más que un simple instrumento de medición y cuantificación. Puede intentar referirse al mundo o crear mundos probables o imposibles; puede imaginar lo que aún no existe o puede poetizar la vida, como la hacía, por ejemplo, Octavio Paz.

El pensar poético es un suceso alterno, incluso me atrevería a decir que es la alteridad misma que demuestra que la conciencia racional es un modo de operación del pensamiento, pero no el pensar mismo. Valioso, sí, pero no exclusivo ni dominante. No estoy afirmando algo nuevo sobre este tema, los antiguos griegos habían desarrollado esta idea y sabían que la poiesis, como actividad productiva del pensar, trascendía la comarca del silogismo y la técnica, así como los fines prácticos de la utilidad y de la vida material.

Incluso el arte para ellos, si bien poseía una altísima jerarquía en el conjunto de los lances humanos, jamás podía confundirse con la poiesis misma. Arte, técnica y pensamiento solían considerase hijos suyos, en éstas se revelaba aquélla como parte del Ser. Me parece un retroceso inexplicable mantener la idea imperialista que otorga a la conciencia racional el trono del saber mismo, cuando solo es una forma relevante, si se quiere, de la capacidad productiva del pensar.

Y esto viene a colación porque en México nos hemos vuelto más papistas que el Papa. Ni siquiera en Estados Unidos ha sido tan despreciada la formación artística y los estudios estéticos como aquí. Los racionalistas y burócratas zafios avasallan, aunque venturosamente hay científicos estudiando los efectos positivos del pensar artístico en el desarrollo integral de la inteligencia.

Miembro del SNI

Imagen Zacatecas – Miguel G. Ochoa Santos

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