Informe del gobierno de Fresnillo 1904-1908

En una de las carpetas donde se guardan algunos testimonios que registran diversas acciones de la administración municipal a nivel local, se destacan los llamados informes de gobierno. En esta ocasión haremos alusión al correspondiente a don Alberto Iturralde, como jefe político de Fresnillo. El documento fue turnado al Gobierno del Estado. Cada vez que … Leer más

En una de las carpetas donde se guardan algunos testimonios que registran diversas acciones de la administración municipal a nivel local, se destacan los llamados informes de gobierno. En esta ocasión haremos alusión al correspondiente a don Alberto Iturralde, como jefe político de Fresnillo. El documento fue turnado al Gobierno del Estado.

Cada vez que consultamos nuestros apuntes hemos de encontrar referencias poco conocidas para el común. Consideramos que deben ser difundidas por ser elementos que en su tiempo tuvieron que ver con el desarrollo de la población. Son evidencias que posiblemente nos llevarán al comentario y obligada reflexión tomando en cuenta lo que hacía en su momento en atención a las demandas de la sociedad.

Por ejemplo, todo lo que se tuvo que recorrer para poder dotar a Fresnillo de un centro de abasto formal y funcional. Nos referimos al Mercado Juárez. Se menciona que la Asamblea Municipal lo había proyectado desde el año de 1899. La construcción obedecía invariablemente a la apremiante necesidad existente, tanto para eliminar el mal aspecto que presentaba el antiguo mercado por los desordenados tejabanes que invadían todo el centro y a demás porque estaban en pésimas condiciones.

Al leer el término tejaban nos lleva con la celeridad requerida a las predominantes imágenes de los llamados antiguamente agachados que, a la fecha, no se han podido remover y reubicar.

Además, queda firmemente asentado que: en aquella época el municipio no contaba con recursos para emprender una obra de semejante magnitud.

Finalmente, fue hasta el 16 de septiembre de 1902 cuando los trabajos se inician luego de colocarse la primera piedra. Durante 1903 y 1904 se trabajó con infinidad de variantes e interrupciones por la falta de fondos. Hasta 1905 el llamado entonces Supremo Gobierno del Estado decidió intervenir aportando lo que se necesitaba como anticipo, cantidades que al término de la obra deberían de reembolsarse, supongo a las arcas estatales.

Luego de tantas peripecias e ineludibles trabas burocráticas, en ese año se terminaron los trabajos pendiente, entre los cuales se cita la colocación de techos, verjas, puertas, ventanas, canceles y el barandal circundante. El piso fue de cemento, y lo dice el informe: se pintó al óleo las fachadas interiores y exteriores y se encielaron los techos.

El 23 de marzo de 1906 el nuevo mercado fue inaugurado por el gobernador del Estado. Y, con motivo de la conmemoración del Centenario del Benemérito Benito Juárez, así como para perpetuar su memoria, el edificio llevaría el nombre de Mercado Juárez. Por fortuna todavía lo conserva a pesar de variantes convenidas.

A fines de 1906 aún existían vestigios del antiguo mercado de tejabanes, se les ubicaba al norte Juárez. Desde ese tiempo se exigían cambios, de un aspecto contrastable, insalubre y antiséptico. Se tomaron las providencias requeridas y se dispuso construir en el solar colindante expendios para la venta de carne y derivados.

El espacio fue rehabilitado totalmente y en el lugar del hacimiento de las endebles construcciones, se levantaron instalaciones con casetas de madera, todas uniformes y con la mayor simetría posible. El porqué se construyó el mercado de carnes frente al Juárez en el mismo informe se detalla. En primer lugar para concentrar el comercio en ese punto para comodidad de los consumidores y además porque al tenerse a los expendios en un solo lugar, facilitaría las acciones encaminadas a la vigilancia sanitaria.

Otros aspectos que se tomaron en cuenta para construir el mercado de carnes en un solo lugar, fue para evitar la introducción de carne dudosa procedencia dado que era común por la deficiente vigilancia el sacrificio de animales de manera clandestina y se podrían eliminar otros abusos que perjudicaron al público.

Para cerrar este capítulo, se informa que con semejantes mejoras en materia de servicios públicos, el Municipio no tuvo necesidad de erogar ningún gasto en esas instalaciones, ya que los expendedores de carnes manifestaron su voluntad para construir los despachos con sus propios recursos, bajo la dirección y orden de la misma jefatura. De acuerdo a los que está escrito en el documento creemos que tanto el Gobierno como los comerciantes, en conjunto, emprendían lo que al final de cuentas beneficiaría a la comunidad. No es como ahora, usted me entiende.

En este informe se integran las acciones que consideramos eran las de mayor importancia en esta comunidad, abarcan el periodo 1904-1908. Otros renglones que en su tiempo seguramente trascendieron de alguna menara u de otra, se relacionan a la expropiación de una casona a una cuadra del nuevo mercado.

Imagen Zacatecas – Carlos López Gámez




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