Chiflan y comen pinole

La distribución de tiempo y dinero es el orden de la importancia que le damos a cada cosa, lo mismo vale para una ama de casa que para un estadista, si bajo esa perspectiva analizamos los elogios a las horas que el gobernador de Zacatecas ha dedicado a visitar Cedros, municipio de Mazapil, Zacatecas, estamos … Leer más

La distribución de tiempo y dinero es el orden de la importancia que le damos a cada cosa, lo mismo vale para una ama de casa que para un estadista, si bajo esa perspectiva analizamos los elogios a las horas que el gobernador de Zacatecas ha dedicado a visitar Cedros, municipio de Mazapil, Zacatecas, estamos ante un hecho que llama la atención por lo inusual que resulta que el gobernador atienda personalmente los asuntos y momentos de gran conflictividad como son el propio Peñasquito y el hasta ahora fallido proyecto Milpillas pues desde hace años, vemos que los gobernantes delegan en subordinados la atención a “papas calientes”, mientras que cortan listones, asisten a ceremonias protocolarias, viajan improductivamente, coronan reinas y se placean en espectáculos.

Desde hace décadas a los gobernadores se les programa su tiempo con criterio opuesto al que aconseja un buen gobierno, lo lógico sería que el gobernante delegue representación en una gran cantidad de ceremonias que consumen su valioso tiempo que sería mejor utilizado en los asuntos donde se juega el interés general.

No solo es el dinero lo que se usa bien o mal desde la función pública, el tiempo que le dedica cada servidor público a los asuntos de su responsabilidad es determinante en los resultados, buenos o malos, de un servidor público designado o de elección popular.

Tocan las campanas o andan en la procesión

Zacatecas padece el equivocado orden de importancia que la clase gobernante otorga a los asuntos públicos cuando incurre en abandono casi masivo de tareas institucionales por legisladores federales y locales (no todos), funcionarios federales, estatales y municipales, (no todos). El costo a pagar es elevado para la ciudadanía.

El caso más visible pero no único es el del coordinador federal de ganadería, responsable de un generoso programa de crédito a la palabra cuyo subejercicio es tan extremo que le han programado para el año fiscal siguiente apenas la cuarta parte de lo que actualmente tiene y en la cámara de diputados federal se reclama por segunda ocasión su comparecencia.

Si incurren o no en actos anticipados de campaña los que desatienden sus obligaciones “comiendo ansias” es asunto menor y del prioritario interés de los involucrados en lo electoral, lo más dañino es el costo que genera la inevitable desatención a las tareas institucionales que les son encomendadas, la supervisión del personal a cargo se relaja por la autoridad moral que se pierde cuando el jefe lo hace testigo o cómplice de comportamiento no institucional.

Algo que vino a agravar el deterioro es la reforma que permite la reelección consecutiva de legisladores y ediles, tal como lo anticiparon los expertos que se opusieron en su momento, la perspectiva de la reelección impacta negativamente la función en la medida en que la aspiración a repetir imprime su sello a las decisiones y propicia el oneroso financiamiento de reflectores, fortalece al “aviadurismo” para disponer de “operadores políticos” y consume energía y tiempo en asuntos ajenos a la encomienda institucional.

Es legítima la aspiración de permanecer y ascender en el servicio público como designado o por la vía del voto, sucede aquí y en China, pero la ruta legítima finca la aspiración en la acreditación de aptitud y actitud que resultan en un buen desempeño, lo que no se vale es descuidar la función y desviar recursos para cumplir ambiciones electorales porque se impone la inercia del deterioro constante de la vida pública como sucede en Zacatecas.

Hay que localizar huecos en la ley propiciadores de carencia de profesionalismo de políticos en funciones institucionales, cierto que los delitos electorales ya están clasificados como graves y que la fiscalización tiene dientes como nunca antes, aunque se sigue practicando la política como si el cambio de régimen fuera solo retórica hueca en ese renglón.

Es temprano para saber si ya se instalaron correctivos institucionales para evitar que la corrupción electoral continúe consumiendo tiempo y recursos asignados a tareas institucionales porque si la corrupción es el mal de males en México, la corrupción electoral es la madre de todas las corruptelas públicas.

Debate indispensable

El escenario político no debe rebajarse a choque de ambiciones, es lucha válida entre proyectos de nación, entre modos de entender la política, entre concepciones del arte de gobernar.

México no puede seguir siendo rehén de formas de hacer política que produjeron la realidad que inspiró el voto masivo a favor del cambio de régimen.

La conversión de estructuras institucionales en aparato electoral faccioso e ilegal nos retrasó desarrollo y democracia, es hora de introducir la política que siembra concordia debatiendo democráticamente, a veces coincidiendo, a veces discrepando.

Con honor y de frente, es por México.

Nos encontramos el lunes en El Recreo.




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