

Foto: Cortesía.
El Palacio de los Deportes ovaciona la última función del heredero de la máscara de plata.
CIUDAD DE MÉXICO.- El Hijo del Santo dijo adiós a la lucha libre profesional tras 43 años de carrera, en una noche cargada de emoción que reunió a más de ocho mil aficionados en el Palacio de los Deportes, recinto que vibró al grito de “¡Santo, Santo!” para despedir a una de las máximas figuras del deporte y la cultura popular mexicana.
En su última batalla sobre el cuadrilátero, el heredero de la máscara de plata unió fuerzas con Último Dragón y La Park para imponerse a Dr. Wagner Jr., Texano Jr. e Hijo de Fishman, en un combate que mantuvo al público al filo de la butaca.

A pesar de las constantes marrullerías de los rudos, el Hijo del Santo selló la victoria al aplicar su emblemática llave “a caballo” en el centro del ring.
A lo largo de su trayectoria, el Hijo del Santo llevó la lucha libre mexicana a escenarios de México, Japón, Estados Unidos y Europa, además de trascender el deporte con participaciones en cine, animación y cómics.
Entre sus logros más destacados figuran campeonatos nacionales y mundiales, así como reconocimientos emblemáticos como La Leyenda de Plata y el Grand Prix del CMLL.
Asimismo, forjó una de las carreras más exitosas en luchas de apuestas, al conquistar numerosas máscaras y cabelleras, consolidando su imagen como referente indiscutible del pancracio nacional.

La función también marcó el inicio de una nueva generación: Santo Jr. obtuvo su primera cabellera, al rapar a Ángel Blanco Jr., en una lucha intensa que simbolizó el relevo generacional.
Además, el cartel incluyó combates destacados en las ramas varonil, femenil y de minis, que complementaron una velada histórica.
Finalmente, el Hijo del Santo cerró su carrera entre aplausos, respeto y gratitud, dejando un legado que permanecerá intacto en la memoria de la lucha libre mexicana.