La permisividad gubernamental

El mes de diciembre siempre es muy agitado, por las fiestas y por la actividad económica; en tal agitación todos los ciudadanos buscamos un mejor desempeño de nuestra actividad y es cuando los gobernantes deben estar más atentos que nunca, al cumplimiento irrestricto de la ley. Sin duda generar espacios de esparcimiento para los ciudadanos, … Leer más

El mes de diciembre siempre es muy agitado, por las fiestas y por la actividad económica; en tal agitación todos los ciudadanos buscamos un mejor desempeño de nuestra actividad y es cuando los gobernantes deben estar más atentos que nunca, al cumplimiento irrestricto de la ley.

Sin duda generar espacios de esparcimiento para los ciudadanos, es una obligación de los gobernantes, y que estos sean de calidad y estén en óptimas condiciones es lo deseable; sabemos que en ocasiones se dejan llevar por actos populistas y masivos, generando esparcimientos poco propicios para la seguridad del ciudadano.

En estos días, el presidente la Cámara de Comercio Servicios y Turismo, nos compartía la problemática que vienen padeciendo de muchos años, con la instalación de vendedores en espacios públicos destinados para el esparcimiento y la poca sensibilidad por parte de las autoridades. Respaldamos la exigencia de comerciantes establecidos, de hacer respetar las leyes vigentes en el municipio.

Tenemos que reconocer que al parecer el presidente municipal, fue sensible a la exigencia y tomó la decisión que creemos es más acertada: reubicar la villa navideña que quería impulsar en la Plaza Bicentenario, demostrando que la aplicación de la ley, no va ser un juego en el municipio y que el ordenamiento de la ciudad va en serio.

Nuestro respaldo al gremio comercial, pero sobre todo a todo,  a aquel que esté en disposición de hacer respetar la norma,  la única forma de no generar permisividad gubernamental, es cumplir la ley, aún y cuando ello afecte intereses momentáneos y cobre factura electoral. Estamos convencidos, que en el largo plazo se reconoce ampliamente a todo aquel que actúa dentro del marco de la ley.

Las reglas que todos los ciudadanos impulsamos para tener una convivencia armónica,  no pueden quebrantarse por presiones de ningún tipo; por el contrario, deben ser perfeccionadas para que su aplicación sea irrestricta y caminemos hacia una cultura de la legalidad, en la que todos nos sometemos a lo previamente establecido.

La permisividad gubernamental deberá tener fin, en la medida que exijamos y cumplamos todos con la ley y si no es así, que se sancione.

Imagen Zacatecas – Alejandro Enríquez Suárez del Real