El inicio de la 4ta transformación

Este sábado primero de diciembre rendirá protesta Andrés Manuel López Obrador, llega cargado de ilusiones y esperanzas de sus votantes y de todos los mexicanos en general.

Llega con amplias mayorías en ambas cámaras, no tendrá el pretexto de que sus iniciativas no pasen las votaciones de los plenos del poder legislativo.

Además del presidente electo en estos días se han dejado ver las caras de quienes serán los secretarios de estado en la siguiente administración: Ebrad, Riobóo, Romero y la exministra Olga Sánchez Cordero.

Las posturas parecen erráticas en algunos temas, primero que sí y luego que siempre no. Las consultas han cancelado el aeropuerto y comenzado el Tren Maya. Consultas de un gobierno que aún no es gobierno, el cual comienza a parecer club de Toby.

Las amenazas de la desaparición de poderes en los estados que no acaten las medidas del nuevo gobierno, han caído como balde de agua fría, aunque muchos gobernadores prefieren guardar silencio.

Les recordamos que ser mayoría no significa tener la razón, les dijo la senadora Claudia Anaya.

Además en el estado de derecho en el que se supone vivimos nadie ni nada puede estar sobre la ley.

Varias acciones han dejado ver una actitud muy poco conciliadora: el caso del nombramiento del subdirector del Banco de México, la petición tras bambalinas de Rocío Nahle a los consejeros de energía para que renuncien.

El intento de eliminar el fuero, pero instalar la inmunidad procesal que es como no cambiar nada, es una maroma que se trató de aventar la mayoría de MORENA y aliados en San Lázaro.

En pocas figuras tengo esperanzas del nuevo gobierno, pero una de ella es Olga Sánchez Cordero, quien se ha manifestado abiertamente en pro de la despenalización de aborto, en la discusión de una ley que regule el consumo, venta y producción de drogas.

Además de una agenda progresista en cuestión de derechos civiles, que incluye arropar a todas las minorías: religiosas, sexuales y económicas; además de velar por la paridad de género.

Como muchos otros ciudadanos esperamos que el nuevo gobierno nos demuestre con su actuar que las cosas van a ir a mejor puerto.

La desigualdad en la que vivimos genera otros grandes monstruos como la corrupción y la violencia, que a su vez ensanchan la desigualdad convirtiéndose en un continuo ciclo.

Retomo la siguiente frase del licenciado Manuel Gómez Morín “que no haya ilusos, pues, y que no haya desilusionados”, los que ganaron lo hicieron con la esperanza e ilusiones de muchos, y deseo como un buen ciudadano que todos los habitantes de nuestro país no seamos desilusionados por el nuevo gobierno.

*Profesor universitario

Imagen Zacatecas – Ricardo González