Amor contra rutina

Al pasar el tiempo y estar inmersos en el matrimonio, dentro de una relación o de tener el mismo trabajo, es muy fácil caer en la rutina. Dentro de una relación es muy difícil estar siempre de buenas y es muy difícil dar amor a diario. Dentro de la oficina es complicado dar el máximo … Leer más

Al pasar el tiempo y estar inmersos en el matrimonio, dentro de una relación o de tener el mismo trabajo, es muy fácil caer en la rutina.

Dentro de una relación es muy difícil estar siempre de buenas y es muy difícil dar amor a diario.

Dentro de la oficina es complicado dar el máximo rendimiento, sobre todo si estás desmotivado por el sueldo o porque crees que debes tener un mejor puesto.

Al reflexionar a través de la propia experiencia y de analizar diversas situaciones de la vida, me he dado cuenta de que la rutina y la obligación pueden llegar a causar que la persona se sienta cansada, deprimida y carente de motivación.

¿Qué solución te puedo dar para que estas situaciones familiares o laborales mejoren? ¡Hacer las cosas por amor!

Hay que hacer las cosas por amor y con amor, porque si las haces por obligación o por rutina el alma se seca.

Si estás pasando por esa época en tu vida, en tu relación de pareja, en tu relación con tus hijos o hasta con tus padres, en tu vida laboral o en tu trabajo dentro de la casa, haz la lucha, solo se vive una vez, métele amor a las diversas situaciones que enfrentes.

Si eres ama de casa y ya te aburrió el quehacer, piensa en el amor que le tienes a tu familia y que éste sea tu motivación para hacer las cosas.

Si lavas, hazlo con amor; si planchas, hazlo con amor; si cocinas métele amor, vas a ver que disfrutas hacerlo y que tu humor mejora muchísimo.

Si estás en la oficina y tu trabajo es rutinario o tedioso piensa que lo estás haciendo por amor a tu familia y que ese amor sea el que te motive a hacer las cosas y que tu alma vibre.

Que no se te seque el alma al efectuar las cosas por rutina o por obligación, inyéctale amor.

Intenta hacerlo desde hoy; ve aumentándolo hasta que todo tu día lo hagas con amor.

Para eso es recomendable estar consciente del presente que vives, con todas las ganas a ese momento sin pensar en otra cosa más que en el amor con que lo haces.

Tu eres el arquitecto de tu propio destino y qué mejor que vivir con amor. Que por ti no quede, sé fuerte, lucha, y guarda la satisfacción de que le echaste ganas a tu familia, al matrimonio, a tu trabajo de oficina o de obrero, campesino, albañil, etcétera.

Tú ganas y todos ganan. Sabemos que es muy difícil abrazar cuando las cosas no van tan bien y tu pareja o tus hijos no te corresponden; es muy difícil hacer el quehacer o el trabajo con alegría y buen humor.

Pero si no haces las cosas con amor, se crea una cadena interminable, en donde se creará un tiempo de sequedad en el ambiente, pero en especial en el alma.

Si tu vida tiene momentos tristes, imprime amor que es lo que falta, dale alegría a tu alma.

Si te es muy difícil empezar, pídele a Dios que te ayude, que te brinde fuerzas para hacer las cosas con amor, no desfallezcas y ten confianza que esto te llevará a buenos resultados.

Imagen Zacatecas – Isabel Orendain