Lucha contra el cáncer; “pasó en mi mente morir”

María Angélica Flores Frías fue diagnosticada con cáncer de mama. | Foto: Cortesía.
María Angélica Flores Frías fue diagnosticada con cáncer de mama. | Foto: Cortesía.

María Angélica Flores Frías relató a Imagen todo lo que pasó desde que le confirmaron que tenía cáncer de mama.

ZACATECAS.- Hace 5 años, un junio de 2016, María Angélica Flores Frías se despertó ese domingo sintiendo algo raro en uno de sus senos, y sintió unas “bolitas”. Inmediatamente se comunicó con una familiar que es enfermera y que trabaja en el Hospital General de Jerez.

Se le realizaron estudios, una biopsia, y se canalizo al DedicaM para realizarse una mastografía. Ese día no acudió una persona a realizarse dicho estudio, pero se le aplazó un mes su cita porque no traía buenos signos.

Una conocida le presentó a un doctor:

“Estábamos platicando y se me queda viendo fijamente y me dice ‘positivo’, le digo positivo qué, y me dice que soy positiva para cáncer de mama, y seguimos platicando sin que me cayera el veinte, me senté en una banqueta; y me puse a llorar”, relata.

Le llama a su hijo quien fue por ella al doctor, le informa cual es el diagnóstico, y ambos lloran. Posteriormente una tía que radica en San Luis Potosí que había pasado por una situación similar, y se le recomendó utilizar los gastos catastróficos del Seguro Popular.

Se le dijo que no tenía que pasar más de 9 semanas para que se le realizara una cirugía; aunque aun no asimilaba la magnitud de esta enfermedad. Al salir de cirugía, se presenta nuevamente a su trabajo, pero en un mes se le informa que había perdido su empleo.

“Ahí me pregunte que más me puede pasar, después de eso se me dice que mi cáncer está en etapa tres, aunque se me había dicho que estaba en etapa dos. Cuando llego a una plancha y me quitan una parte de mi, algo de mi ahí se quedo”.

Pero resurgió una nueva María Angélica, con miedos, enfocada a una realidad; “por un momento pasó en mi mente morir, y mi preocupación más grande eran mis hijos”.

Recuerda que siempre utilizó su cabello largo y nunca utilizo tintes, dice, que esto es un regalo de su madre que siempre le recomendó cuidarlo.

Después de la primera quimioterapia ve como el cabello empezó a caerse y quedarse en sus manos; otra situación difícil de asimilar, fue con un estilista y le cortó el cabello y le hizo una trenza.

En ese momento cerró ciclos y asimiló de manera natural su cáncer, usó pelucas pero se sintió como si usara un disfraz, por lo que usaba gorras.

“Lo más bello que me ha dejado, es rodearme de personas que pensé que estaban distantes, y hacerme una mujer segura, decidida”




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