Los videojuegos, un arma de doble filo

Se debe discriminar qué contenido es apropiado para el niño. Fotos: Miguel Alvarado.
Se debe discriminar qué contenido es apropiado para el niño. Fotos: Miguel Alvarado.

Nueve de cada 10 padres de familia regalaron un videojuego a un niño y comentaron no supervisar su actividad mientras juegan.

ZACATECAS.- Los padres o tutores no controlan el tiempo que niños y adolescentes pasan en los videojuegos, ni el contenido de estos, lo que puede generar retrasos cognitivos y sociales.

Nueve de cada 10 padres de familia regalaron un videojuego a un niño y comentaron no supervisar su actividad mientras juegan, no por falta de interés sino por “darles su espacio”.

Sin embargo, el no tener una clasificación del contenido de estos videojuegos ni control sobre el tiempo que pasan los menores puede ser contraproducente.

Karen Cecilia Sandoval, psicóloga, compartió que  las nuevas tecnologías, en general, tienen un gran impacto en la vida de todos, “lo cual no es necesariamente malo”; sin embargo, lo malo es no tener códigos de regulación.

“Hay un sistema de clasificación de los videojuegos que todo papá necesita saber y muchas veces no lo saben; incluso no saben que existe y es importante hacerlo”, compartió.

Explicó que esta clasificación es para poder discriminar qué contenido es apropiado para el niño, tanto por el grado de dificultad, los íconos y gráficos explícitos que hay en cada tema.

“Están los que manejan violencia, lenguaje inapropiado, escenas de miedo y contenido sexual. Muchas veces los papás lo compran sin conocer esto”, destacó.

Respecto al tiempo que niños y adolescentes pasan sumergidos en cualquier tipo de juego digital, comentó que cuando es prolongada su exposición, se puede generar una adicción.

Señales de alerta

Si cada vez pasa más tiempo conectado a internet o en cualquier videojuego y cuando no lo hace está nervioso, enojado o triste y solo se calma cuando está jugando, es una señal de alerta.

“Si todo el tiempo está pensando en conectarse, no controla el tiempo e incluso comienza a mentir para seguir conectado, nos está dando una señal”, dijo la psicóloga.

Comentó que cuando dejan de realizar actividades que eran de su agrado como un deporte, pasar tiempo con la familia o cualquier otra actividad, por estar jugando, ya hay un riesgo.

Aunque aclaró que estos son focos de alarma iniciales, los papás o tutores deben estar al pendiente para tratarlos a tiempo, si fuera el caso.

Cuando es prolongada su exposición, se puede generar una adicción.

Otras de las situaciones para vigilar, es cuando el insomnio se hace presente, comienza a desvelarse por estar jugando y así mismo, sus actividades escolares dejan de ser prioridad.

“Cualquier manifestación de insomnio que pudiera tener durante la noche, podríamos decir que el niño ya presenta condiciones adictivas a estos medios”, explicó.

Establecer límites y normas para su uso

Para evitar estos daños, Karen Cecilia recomendó establecer normas y poner límites al momento en que se la da acceso a este mundo a los menores; no a manera castigo, sino como un reglamento.

Compartió que cada vez le toca escuchar más que los padres tienen dificultades para establecer reglas; ya sea que no ponen normas por no cortar la libertad de los niños, o también están quienes establecen límites sin consensuar con los menores.

Lo último tiene que ver “en donde asume una actitud autoritaria y destaca cómo se harán las cosas, porque yo soy tu papá y no aceptan cuestionamientos, sugerencias, nada que venga del niño”.

Por lo que expresó que debe trabajarse de manera conjunta, que haya una rutina especifica de cuándo podrá conectarse, luego de cumplir ciertas obligaciones.

Destacó que es importante consensuarlo para que el menor vea que lo toman en cuenta en la toma de decisiones para obligaciones y momentos de disfrute.

También es necesario que se les explique porqué le ponen reglas.

La especialista también sugirió que los padres de familia se incluyan en los juegos que tienen los menores, si bien no les gusta jugarlos, pueden ser parte de los logros que consigan en ellos.

Sacarles provecho

Explicó que los videojuegos no deben ser contraproducentes para ninguna persona, ya que si se utilizan bien pueden generar más conocimientos.

En algunos, los menores pueden aprender desde temprana edad la importancia de del trabajo conjunto.

Además se pueden abordar temas o creencias que a veces son complicadas de explicar a los menores y pueden aprovecharse.

“Si sale una escena de sexo, no hacer como que no lo vieron, más bien, comenzar a tratar los temas que cuestan trabajo”, sugirió.

Recalcó que no se debe polarizar como malos a los videojuegos o como algo que deba prohibirse, sino que hay que aprender a dotarles de estas herramientas de entretenimiento y aprendizajes alternos a los académicos.

Los videojuegos no deben ser contraproducentes, si se utilizan bien pueden generar más conocimientos.