Juan, un comerciante ambulante que no se rinde ante el Covid-19

Se dedica a vender coco, crema de la misma fruta, agua de fresa y tepache en el centro de Guadalupe. Fotos: Alejandro Nájera.
Se dedica a vender coco, crema de la misma fruta, agua de fresa y tepache en el centro de Guadalupe. Fotos: Alejandro Nájera.

A raíz de la pandemia se las ha visto complicadas para mantener a su familia, pues ha cambiado de trabajo tres veces en tres meses.

ZACATECAS.- Juan Bocardo es un comerciante ambulante que por su situación de ser padre a temprana a edad ha tenido que trabajar desde muy joven.

Actualmente se dedica a vender coco, crema de la misma fruta, agua de fresa y tepache en el centro de Guadalupe.

Juan es originario del municipio de Ojocaliente, sin embargo, a raíz de la pandemia se las ha visto complicadas para mantener a su familia, pues ha cambiado de trabajo tres veces en tres meses.

Se levanta todos los días a las 5 de la mañana para ayudarle a su pariente a descremar el coco y preparar los productos que se venden.

Compartió que desde los 18 años fue padre de una niña, quien la tuvo con quien es su esposa.

No obstante, sus padres lo obligaron a trabajar, ya que ellos no lo iban a ayudar económicamente para mantener a su familia.

“Antes trabajaba en un taller, pero lo que me pagaban no me alcanzaba, después me fui de mesero, pero cuando llegó la contingencia nos bajaron el sueldo.

“Esto me afectó porque apenas me alcanzaba para comer y pagar la renta del departamento donde vivo con mi familia”, explicó.

Por ello ha estado en busca de algún trabajo que lo ayude a solventar los gastos del hogar.

Desde hace casi un mes comenzó a trabajar donde actualmente lo hace, ya que el negocio es de un pariente de él y al parecer le va mejor.

Además, después de trabajar, cuando regresa a Ojocaliente visita las casas para ofrecer un servicio de autolavado.

“Cuando me regreso a mi municipio y si no es muy tarde voy y toco a las casas para ver si se les ofrece que les lave su carro.

“De ahí saco unos 100 pesos más para el día, lo cual me ayuda para vivir satisfactoriamente”, expresó.

Juan Bocardo compartió que, aunque por la pandemia no se vende mucho, poco a poco se van regulando las ganancias.

Comentó que se levanta todos los días a las 5 de la mañana para ayudarle a su pariente a descremar el coco y preparar los productos que se venden.

“El coco lo traen de Aguascalientes y generalmente compramos cada cuatro o cinco días”, dijo.

El joven se instala a vender todos los días en la calle 1910 en Guadalupe, de 9 de la mañana a 6 de la tarde, en ocasiones en compañía de su patrón y a veces solo.