Job, prueba de la persistencia de la fe: Obispo Sigifredo

Sigifredo Noriega Barceló, Obispo de Zacatecas. | Foto: Cortesía.
Sigifredo Noriega Barceló, Obispo de Zacatecas. | Foto: Cortesía.

Dijo que la misión de Jesucristo es salvarnos venciendo el pecado, la maldad y la muerte, al abrirnos el horizonte de la esperanza mediante la promesa de su Resurrección

ZACATECAS.- Este primer fin de semana larga, el Obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, llamó a tomar en cuenta el sufrimiento y el dolor de todos los seres humanos en el mundo.

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Evangelio de hoy por el Obispo Sigifredo

Durante su mensaje difundido por medio del Evangelio de hoy en tiempo ordinario, Noriega Barceló pidió recordar los tiempos de Jesús, cuando se dedicó a sanar enfermos en Galilea.

“Ese médico de médicos no solamente se dio a la tarea de calmar una fiebre sino de calmar y curar aquello de donde surge la fiebre misma o, lo que en estos días sería tanto como considerar ese tipo de hechos como una curación integral y espiritual”, anotó.

Job en las Sagradas Escrituras

Noriega Barceló refirió que tal hecho queda asentado en el personaje de Job en las Sagradas Escrituras, como símbolo de todos los sufrientes, quien en su momento habría dicho; “me han tocado en suerte días de infortunio y noches de dolor; la noche se alarga y me canso de dar vueltas hasta que amanece”, citó.

Por ello, el purpurado zacatecano, dijo que todo eso que decía y padecía Job, puede aplicarse en este momento a todo ser humano, “sin importar edad, causas y circunstancias, ya que en todos los casos se trata de sufrimiento y dolor que claman al cielo. Gritan los enfermos y dolientes en busca de una explicación ante el sentido que podrían tener el dolor y el sufrimiento”.

Es por ello que Job es un personaje bíblico personal y ejemplar, ya que cuando menos lo espera, lo pierde todo: casa, familia, amigos, trabajo, salud, fama, respeto, estima y riquezas aunque después lo va a recuperar todo sin perder la confianza en Dios.

“Clama al cielo y el cielo lo escucha y le responde en el momento más oportuno, que es el instante en donde se ubica el misterio del sufrimiento porque se trata sin duda de una herida abierta que a todos duele, cuestiona, incomoda y alerta y a la cual Dios nunca ha sido insensible”.

La misión es salvarnos

Añadió que, ante ello, Dios no solamente se limita a responder con palabras, sino que lo hace compartiendo nuestra experiencia de sufrientes hasta el último grito de dolor en la cruz transformando lo que aparentemente no tiene sentido, destacó.

Asimismo, dijo que la misión de Jesucristo es salvarnos venciendo el pecado, la maldad y la muerte, al abrirnos el horizonte de la esperanza mediante la promesa de su Resurrección como en el caso de la larga jornada de sanaciones de enfermos y endemoniados, efectuada en Galilea.

“El sufrimiento sigue siendo el escándalo en la era de la inteligencia artificial y de las nuevas tecnologías mediante muchos tipos de dolores que proceden del misterio o de autores conocidos”, señaló.

“Jesús sigue recorriendo las calles oscuras del sufrimiento humano, como en el caso de la suegra de Pedro, que luego de estar enferma recibe a Jesús, es sanada y se levanta a servirlo”.