“A ese momento le llamo yo felicidad” dice paciente recuperado de Covid-19 tras abrazar a sus hijos

Juan Francisco Martínez sobreviviente al Covid-19.
Juan Francisco Martínez sobreviviente al Covid-19.

El joven comentó que a pesar de esta dura lección de vida, algunos de sus familiares dudan de la existencia de la enfermedad.

ZACATECAS.- Miedo, mucho miedo es como describe Juan Francisco Martínez paciente recuperado de Covid-19, el haber sido diagnosticado con el virus.

Nunca supo cómo se contagio por lo que su mayor temor era infectar a su esposa y a sus dos hijos de 3 y 4 años.

La sospecha de que era portador de coronavirus comenzó cuando perdió el olfato y el gusto.

Con el paso de tiempo, las molestias aumentaron así como la angustia de no saber que va a pasar.

“Era un dolor de huesos insoportable, empecé a batallar para respirar, caminaba 10 metros y me agitaba”, señaló.

Tras la recibir el diagnóstico de confirmación, Francisco llamó al 911 para dar sus datos, convirtiéndose así en el caso 624 de las estadísticas estatales.

Detalló que la Secretaría de Salud de Zacatecas, le asignó un médico para que le diera seguimiento diario a su estado de salud.

“Me recetaron solo medicamentos para el dolor y me dijeron que si empezaba a tener dificultades para respirar me comunicará con ellos para mandar una ambulancia”, indicó.

Por cuestiones de seguridad, Francisco decidió aislarse en una propiedad familiar, que estaba sola.

Durante los 18 días que estuvo en aislamiento domiciliario, perdió siete kilos.

Pero además de las molestias físicas, la enfermedad le robo el sueño y la tranquilidad.

Con la voz entrecortada, compartió que el día del Padre, no hubo besos ni abrazos con sus hijos, ya que apenas pudo verlos a dos metros de distancia por la reja de la casa.

Mencionó que, cuando su familia se fue y cerró la puerta, no pudo contener más las lágrimas.

Excepto por esta fecha, mantuvo contacto con su familia por videollamada.

Luego de más de dos semanas, Franciso, recibió por fin buenas noticias y tras una nueva prueba diagnóstico se le declaró libre de coronavirus.

Hoy se siente doblemente afortunado pues sobrevivió a la enfermedad y no infectó a su familia.

Recordó que al salir de la clínica, fue a casa en donde sus hijos corrieron a sus brazos “a ese momento le llamo yo felicidad”.

Aseguran que la enfermedad no existe

Franciso lamentó que a pesar de esta dura lección de vida, algunos de sus familiares dudan de la existencia de la enfermedad.

Por ello, comparte su experiencia con la esperanza de que la población tome conciencia del peligro que representa el virus.




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