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El orden de encender las velas es: 1.- morado, 2.- verde, 3.- rojo y 4.-blanco
El tiempo de Adviento es el primer periodo en el año litúrgico cristiano, resulta en el tiempo en que se prepara la venida del señor, es decir, el nacimiento de Jesucristo, que llegó al mundo para transformar la humanidad en una realidad nueva.
Durante este tiempo, la Iglesia ofrece diversos símbolos para indicarnos lo que estamos celebrando. Uno de ellos es la corona de Adviento.
Tiene su origen en el misticismo alemán, su forma de corona de ramas es un símbolo anterior al cristianismo.
Desde tiempos antiguos, en el norte de Europa, era ya una tradición colocar una corona hecha de ramas verdes con velas para simbolizar la esperanza en el cambio de estación y que finalizara el frío invierno.
Este símbolo, asimilado por la tradición cristiana a partir del siglo XVI en Alemania, cobra un nuevo significado: la esperanza en un nuevo ciclo con el nacimiento de Jesucristo.
Para la tradición cristiana, simboliza el tiempo que va pasando, que se rompe con la llegada de la Navidad.
Las ramas verdes tienen como significado espiritual, por su color, la esperanza que debe haber en la venida del Señor.
Las cuatro velas, encendidas una a una cada domingo de Adviento, simbolizan la luz de la fe, que se llena de alegría con la llegada del Señor.
Los colores de las velas hacen referencia a los colores litúrgicos:
El orden de encender las velas es: 1.- morado, 2.- verde, 3.- rojo y 4.-blanco (se puede añadir una quinta vela, que se encendería en Nochebuena).
Dentro de los colores, puede sustituirse alguno de ellos por el rosado (morado y blanco) para el tercer domingo de Adviento (Domingo de la alegría o “Gaudete”).
La corona de Adviento se dispone en forma circular, figura geométrica perfecta, como símbolo de que Dios no tiene principio ni fin, así como su amor a la humanidad.