¿Quién fue Santo Tomás Moro, el santo venerado este 22 de junio?

Cada 22 de junio se celebra la vida de Santo Tomás Moro, un santo cuya historia tiene gran contenido de interés, gracias a las pruebas de fe a las que fue sometido.

Fue un pensador, teólogo, político, humanista y escritor inglés, que fue además poeta, traductor, lord canciller de Enrique VIII, profesor de leyes, juez de negocios civiles y abogado.

Tomás Moro nació en 1478 en Londres, Inglaterra y fue el hijo mayor de un famoso abogado inglés.

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Su infancia y adolescencia la vivió junto a grandes lecturas, las cuales desarrollaron su intelecto y le llevaron a ser uno de los juristas más destacados.

La vida de Santo Tomás Moro, cuya fiesta se celebra cada 22 de junio, está llena de éxitos pero también de pruebas de fe. De hecho, una decisión que lo enfrentó al rey Enrique VIII de Inglaterra, culminaría con su muerte.

El teólogo fue laico, sin embargo tuvo una gran cercanía a la Iglesia Católica, pues frecuentaba a los franciscanos de Greenwich.

Se casó con Joan Colt, con quien tuvo cuatro hijos, pero quedó viudo a los pocos años, posteriormente tomó segundas nupcias con Alice Middleton, quien era varios años mayor que él.

Tomás Moro fue gran amigo del filósofo humanista Erasmo de Rotterdam, autor de la obra El Elogio de la Locura, dedicada a su amigo.

Por su parte Moro escribió una de las obras literarias y filosóficas contemporáneas más importantes: Utopía.

Tomás Moro: condenado a muerte

Durante el reinado de Enrique VIII, el filósofo se desempeñaba como su lord canciller, sin embargo una decisión en torno al rey lo llevó a la muerte.

Cuando el entonces rey de Inglaterra pidió la anulación de su matrimonio con Catalina de Aragón, para casarse con Ana Bolena, pero Tomás Moro se opuso.

Leal a sus principios el también escritor decide ponerse del lado de su fe y fue acusado de traidor tras oponerse a los deseos del monarca.

Para Enrique VIII, esta actitud equivalía a traición, así que hizo juzgar y condenar a muerte a su antiguo colaborador.

Aún encerrado en la Torre de Londres, Santo Tomás Moro todavía escribió un par de obras literarias y fue decapitado en 1535.