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Con la llegada de la revolución digital es bastante común encontrar tecnologías que aumentan la experiencia de participación.
Las Vegas, a veces conocida como la ciudad de lujo, entretenimiento y vida nocturna atrae a muchísimos turistas cada año y no es para menos. Una de sus principales atracciones son las casas de apuestas, donde los usuarios pueden pasar un buen rato apostando en los slots más populares, participando en las mesas de póker, los dados y haciendo mucho más.
No obstante, con la llegada de la revolución digital, por ejemplo, como un casino online y las innovaciones tecnológicas es bastante común encontrar tecnologías que aumentan la experiencia de participación, como la realidad virtual (VR, por sus siglas en inglés) y la realidad aumentada (AR, por sus siglas en inglés). Entonces, cabe preguntarse, si estos recursos pueden igualar o superar la participación física en una casa de apuestas.
Es bien sabido que en Las Vegas es posible disfrutar de una experiencia enriquecedora a nivel de entretenimiento. Todo empieza desde la arquitectura temática, como aquellos establecimientos inspirados en lujosos pueblos, como el Lago Como, en Italia. Aquí se puede evocar el romance, la opulencia y hasta la clase.
También se pueden encontrar los grandes espectáculos, ya sean fuentes luminosas, luces exteriores con ondas lumínicas y colores vibrantes. Y ni qué decir de las entradas majestuosas, las mesas bien pulidas y esperando a que los jugadores tomen sus puestos.
Ahora bien, las tecnologías VR y AR (tendencias en muchos casinos) ofrecen inmersión en el juego, lo cual las hace seductoras para el entretenimiento. A diferencia del casino físico, este ámbito es como un lienzo blanco donde desaparecen todas las limitaciones del mundo físico. Por eso, un participante que desea jugar en una mesa de póker no necesita viajar hasta Las Vegas para vivir una experiencia casi realista parecida a las grandes casas de apuestas.
Cuando un jugador se pone una gafa de VR, es capaz de transportarse a una recreación digital práctica e increíble, con avatares que esperan a que los participantes se sienten en una mesa de ruleta o cualquier otro juego para atenderlos y empezar la acción.
Esta clase de casinos virtuales proporciona una experiencia que va más allá que una simple imitación. Aquí los participantes pueden encontrar entornos fantásticos imposibles de ver en el mundo físico. Por ejemplo, un casino en el desierto de Nevada o mesas de póker en una estación espacial con vista a los planetas del sistema solar.
Asimismo, también es posible encontrar un alto nivel de personalización. Por ejemplo, los jugadores son quienes quieran ser. Incluso, la música ambiental se puede adaptar a los gustos personales. Esto es algo que no ocurre en un casino físico, donde el entorno es más general, aunque suele ser increíble.
Esto significa que ambas tecnologías ofrecen un potencial de mejoramiento de la versión del juego original y física. Por eso, la experiencia es cómoda, accesible y creativa.
La tecnología AR suele proponer un enfoque distinto en comparación con la realidad virtual. En ese caso, el jugador se puede sentar en cualquier lugar para disfrutar de una experiencia realista, con elementos superpuestos en esa área, ya que el casino virtual se proyecta. Por ejemplo, es posible ver las estadísticas de probabilidad junto a las cartas de póker.
Entonces, se podría decir que la AR crea una experiencia cómoda y emocionante (híbrida) sin necesidad de asistir a un casino físico. Pero esto no significa que reemplaza por completo las sensaciones reales.
Ahora bien, después de conocer ambas tecnologías y todo lo que tienen para ofrecerle a los jugadores, queda una pregunta en el aire: ¿realmente reemplazan por completo la experiencia física? No, aunque sí intentan replicar, mejorar y hasta optimizar los entornos para ofrecer momentos emocionantes con sensaciones visuales interesantes, pero todavía no se puede igualar la experiencia holística y multisensorial de los casinos reales.
Al respecto, un casino físico ofrece algo más que un aspecto visual. Por ejemplo, allí se vive la experiencia de tocar las fichas, algo tangible que conecta al jugador con el juego. Incluso, esto permite sentir el peso real de estos elementos. También se disfruta el aroma del entorno, ya sea el perfume de los participantes o de la casa de apuestas.
Incluso, para los que disfrutan del máximo confort, pueden palpar las copas, sentir la vibra de otros jugadores alrededor, escuchar las risas y hasta gozar del sabor de una cena tras obtener una gran victoria. Todos estos elementos no son replicables con las tecnologías de VR y AR.
En resumen, el componente humano es uno de los obstáculos más grandes para la simulación digital. Y, a pesar de que las innovaciones tecnológicas ofrecen una experiencia inmersiva e interesante de forma remota, todavía hay elementos como la camaradería, el sonido y otros aspectos ya mencionados que aportan emoción e intensidad.