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Desde elegir el auto adecuado hasta planear sus necesidades, cada decisión puede marcar la diferencia.
Al viajar con una mascota en auto es esencial pensar en el bienestar del animal durante el trayecto, ya sea largo o mediano. Desde elegir el auto adecuado hasta planear sus necesidades, cada decisión puede marcar la diferencia.
Si optas por la renta de autos, también puedes elegir uno que tenga más espacio, ventilación y facilidad para detenerte cuando lo necesites.
La salud de tu mascota es el punto de partida. Una revisión veterinaria puede ayudarte a descartar cualquier condición que pudiera agravarse durante el viaje. También es buen momento para actualizar vacunas y consultar si necesita algún medicamento especial, sobre todo si tu trayecto será largo o pasará por varios estados.
Haz una lista con lo básico: collar con placa, agua, alimento, su cama o manta, bolsas para desechos, toallitas húmedas y un recipiente para darle agua sin que se derrame. De preferencia, deja todo al alcance. Evita improvisar paradas de último minuto para conseguir lo que olvidaste.
Los perros perciben cambios de rutina con facilidad, y eso puede generar nerviosismo al subir al vehículo. Para evitarlo, lo mejor es ayudarlo a familiarizarse con el entorno en días previos. Algunos comportamientos pueden mejorar notablemente con simples ajustes antes y durante el trayecto.
Estas acciones pueden marcar una gran diferencia en su comportamiento y transformar el viaje en una experiencia mucho más tranquila para ambos.
En recorridos de más de una hora, las necesidades cambian. Las pausas deben ser cada 2 o 3 horas, y durante ellas conviene revisar si tu mascota está hidratada, si necesita estirarse o simplemente si sigue cómoda. No todas las estaciones de servicio tienen zonas aptas para animales, así que investiga antes y planea las paradas.
También debes cuidar la temperatura dentro del auto. Aunque tengas aire acondicionado, evita que el flujo de aire dé directamente sobre el animal. Y jamás lo dejes solo dentro del vehículo, ni siquiera con las ventanas un poco abiertas: el calor se acumula rápido y puede tener consecuencias graves.
La sedación no es una solución práctica ni recomendable por cuenta propia. Solo en casos puntuales y bajo autorización médica puede usarse un tranquilizante, y aun así, hay que probarlo antes del viaje para observar cómo reacciona. Si tu perro se altera con facilidad, existen otras opciones más seguras.
Puedes probar con esencias florales, feromonas en aerosol o collares calmantes que venden en tiendas veterinarias. También existen suplementos naturales en gotas que reducen la ansiedad. Otra técnica que ayuda es hacer ejercicio previo al viaje: caminar con él o jugar un rato puede bajarle los niveles de energía.
Antes de salir, asegúrate de tener todo preparado:
Además, vale la pena llevar una muda extra de ropa, por si se ensucia o vomita. Y si rentaste un auto, revisa si el seguro cubre daños por animales o si necesitas alguna cobertura adicional.
Lo ideal es darle de comer entre dos y tres horas antes. Con el estómago lleno, aumentan las probabilidades de mareo.
Los hatchback, SUV o camionetas con espacio amplio y ventilación lateral son buenas opciones. Mientras más espacio tenga, mejor.
Detente lo antes posible, límpialo con toallas húmedas y cambia la manta si se ensució. Dale agua, pero espera para volver a avanzar.
Sí, pero cada una debe tener su espacio asignado y medidas de sujeción propias. Nunca las lleves sueltas.
Cartilla de vacunación, datos del veterinario y, si vas a cruzar estados o fronteras, revisa si se requiere algún permiso adicional.
Planear bien tu viaje hará que tu mascota se sienta segura, aunque esté lejos de casa. Cuidar su salud, anticiparte a sus necesidades y crear un ambiente estable dentro del auto es clave para evitar imprevistos.
Si decides viajar con tu mascota en auto, recuerda que tu compañía y atención constante son lo más importante. El trayecto puede ser una experiencia cómoda y tranquila para ambos, si se hace con responsabilidad.