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¿Y después del capo qué? La violencia que dejó la caída de El Mayo

¿Y después del capo qué? La violencia que dejó la caída de El Mayo

Ismael “El Mayo” Zambada | Foto: Cortesía

La guerra sigue, pero las reglas han cambiado: los enemigos ya no se ocultan en las montañas, sino que operan dentro del tejido mismo de la sociedad.

Redacción Zacatecas
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5 de octubre 2025

Ha pasado más de un año desde la captura de Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los fundadores y líderes históricos del Cártel de Sinaloa. Su detención marcó el inicio de una cruenta lucha interna entre dos facciones del grupo criminal: Los Chapitos, liderados por Iván Archivaldo Guzmán Salazar —hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán—, y Los Mayos, encabezados por Ismael Zambada Sicairos, alias “Mayito Flaco”, hijo de El Mayo Zambada.

El eco de una confesión: el narco como reflejo de la sociedad

En este contexto, los reportes de seguridad presentados por la actual administración, tras enfrentamientos armados en distintos estados del país, traen a la memoria una reflexión realizada por el propio Mayo Zambada. En una entrevista concedida en 2010 al periodista Julio Scherer García, el capo reconocía que el narcotráfico —al igual que la corrupción— está profundamente arraigado en la sociedad mexicana, sugiriendo que el Estado llegó tarde a una batalla que difícilmente podrá ganar.

“Un día decido entregarme al gobierno para que me fusile. Mi caso debe ser ejemplar, un escarmiento para todos. Me fusilan y estalla la euforia. Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió.
El problema del narco envuelve a millones. ¿Cómo dominarlos? En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí. El narco está en la sociedad, arraigado como la corrupción”, expresó Zambada en aquel entonces.

Sus palabras no solo reflejan la visión de uno de los criminales más influyentes del siglo XXI, sino que también revelan los factores estructurales que perpetúan la existencia del narcotráfico en México.

¿Y después del capo qué? La violencia que dejó la caída de El Mayo Zambada
Julio Scherer García e Ismael Zambada | Foto: Proceso

Crítica frontal: la guerra del Estado desde la mirada de un capo

Durante esa misma entrevista, Zambada lanzó una crítica directa a las acciones del Estado mexicano en su intento por erradicar el narcotráfico, haciendo énfasis en el uso de la fuerza militar desde el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, en el marco de la llamada “guerra contra el narco”. Una estrategia que, a pesar del cambio de gobiernos, se ha mantenido hasta la actual administración de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.

Zambada denunció la brutalidad con la que operan las fuerzas armadas durante sus incursiones, describiendo cómo irrumpen en viviendas sin previo aviso, violentando la privacidad de las familias y sembrando el miedo entre la población civil. Estas operaciones, afirmó, suelen dejar víctimas inocentes, cuyos casos son a menudo encubiertos o minimizados por las autoridades.

¿Quién alimenta al narco?

En este complejo panorama, la captura de figuras como El Mayo Zambada representa apenas una pieza dentro de un engranaje criminal mucho más grande, arraigado no solo en las estructuras del narcotráfico, sino también en las debilidades del Estado mexicano. La guerra sigue, pero las reglas han cambiado: los enemigos ya no se ocultan en las montañas, sino que operan dentro del tejido mismo de la sociedad.

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