Un día vamos a morir

En esta semana vamos a celebrar el Día de Muertos y es un hecho que la mayoría de la gente le tiene miedo a morirse.

Algún día vamos a morir , todos quisiéramos ser inmortales y eternos, todos quisiéramos beber de la fuente de la eterna juventud. Como dice el dicho ” vamos por la vida en el tren de la muerte”.

En el Día de Muertos siempre nos vienen al pensamiento nuestros seres queridos que se han ido; en este  día estamos mas sensibles a su recuerdo. Es un día que nos hace pensar más en la muerte y nos hace reflexionar sobre nuestra propia vida.

La vida se pasa muy rápido y hay que aprovechar estos momentos para reflexionar cada quien en nuestro interior y ver si estamos preparados para morirnos. Por preparados quiero decir si pensamos continuamente en la muerte ; si la acepto como algo que me va a pasar; si la vemos como un momento muy lejano; si ya tenemos testamento; si estamos en paz con nosotros mismos; si tenemos algún pleito con alguien que no se ha podido resolver…

Dependiendo la fuerza de nuestro espíritu el miedo a la muerte es menor o mayor. Si estamos débiles de espíritu, claro que el miedo se convierte en pavor, y si estamos fuertes de espíritu muchas veces ni siquiera tenemos miedo, se acepta la muerte. El otro día una persona muy sabia me dijo que “hay que tener fe en Dios para tener un espíritu fuerte, porque de jóvenes el cuerpo es el que sostiene al alma, pero de viejos el alma es la que sostiene al cuerpo”.

La clave para tener un espíritu fuerte es tener fe en Dios que nos creo y nos sostiene.

Mi fe católica me enseña que después de esta vida hay otra vida y lo mejor de todo, la vida eterna que todos queremos. Nada de reencarnaciones, cuándo se nos va alguien siempre pensamos que lo veremos después, imagínense si reencarnaremos en un animal o en otro sexo o en otro país, es de risa que !nos vamos a volver a ver!

No hay que dejar este tema de la muerte para después, desde hoy nos podemos preparar para el día en que nos llegue; no hay que tenerle miedo, hay que ser inteligentes y maduros y prepararnos tanto en lo espiritual como en lo material, como en poner en paz todas nuestras relaciones.

Como dice el dicho “como vives morirás”. Si vives bien, morirás bien; y si vives mal, morirás mal. Desde hoy hay que prepararnos para la vida eterna; después de la muerte no nos vamos a poder arrepentir ni vamos a poder decir, si yo hubiera…