Reconocimiento al personal médico

Jaime Santoyo Castro.
Jaime Santoyo Castro.

La pandemia que ha azotado al mundo ha sido enfrentada por un ejército de personas en cada unidad médica u hospitalaria de todas las naciones, formado por médicos, enfermeras, choferes de ambulancia, camilleros, personal de laboratorios clínicos, de rayos x, intendentes, recepcionistas y personal administrativo. Todos, en mayor o menor grado, han sido los valerosos … Leer más

La pandemia que ha azotado al mundo ha sido enfrentada por un ejército de personas en cada unidad médica u hospitalaria de todas las naciones, formado por médicos, enfermeras, choferes de ambulancia, camilleros, personal de laboratorios clínicos, de rayos x, intendentes, recepcionistas y personal administrativo.

Todos, en mayor o menor grado, han sido los valerosos miembros de estos ejércitos que con o sin ayuda tecnológica, de equipo e instrumental, material de curación y medicamentos, y en su mayoría con escasa retribución económica, han mostrado su disposición a luchar por los demás, aún cuando ello implique riesgo para sus vidas y las de sus familiares.

Esta circunstancia ha puesto en evidencia las fallas o faltas de previsión en nuestras leyes y disposiciones normativas en la materia, pero también las de nuestros sistemas médicos y de salud, disposiciones presupuestales, administración y sistemas de adquisición de equipo e instrumental, medicamentos, etc. inmersas en la bruma de la corrupción y la ineficiencia.

No se vale que si todo ese ejército del que hablamos se está jugando la vida por nosotros, nosotros juguemos con sus vidas. Ya se habla en nuestro país, y en las entidades de la República de promover un reconocimiento y otorgarles medallas al mérito, de poner sus nombres o cuando menos la profesión en los muros de las legislaturas, y cuanta ocurrencia les viene a la mente, pero eso es escenografía.

En efecto, ese ejercito requiere reconocimiento, pero estoy seguro de que lo que más quisieran es tener una mejor protección; capacitación, equipo, instrumental, medicamentos, sistemas de atención adecuados, cobertura de riesgos y prestaciones más justas.

El reconocimiento es eso; no sólo la expresión del sentimiento social y de la autoridad a su labor humanitaria; no sólo recibir muestras de gratitud, que son efímeras y probablemente duran un día, una semana o un período muy corto; lo procedente, justo y más conveniente es estimular su desarrollo creando esquemas que propicien oportunidades para su especializaciones, para escalar a niveles más altos, extensión de apoyos a las familias, delegación de confianza para acceder al desarrollo de proyectos especiales, acceso a puestos de dirección, etc; medidas más duraderas y de mayor beneficio, independientemente de propiciar el reconocimiento permanente de la sociedad.

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