Sólo existen dos días

Gerardo Luna Tumoine.
Gerardo Luna Tumoine.

Al iniciar un nuevo año, es importante enfocarnos en el hoy para amar, crecer, hacer y vivir plenamente.

»Solo existen dos días en el año en que no puedes hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto, hoy es el día ideal para amar, crecer, hacer y vivir».

Esta frase destaca la importancia del presente. Al relacionarla con el año nuevo, sugiere que no debemos quedarnos atrapados en el pasado ni postergar nuestras acciones para el futuro. En el inicio de un nuevo año, nos invita a enfocarnos en el hoy para amar, crecer, hacer y vivir plenamente.

Esta expresión evoca la idea de proporcionar un apoyo equilibrado a quienes apreciamos. En el contexto del año nuevo, puede ser una inspiración para fortalecer relaciones, permitiendo que los seres queridos crezcan en sus experiencias (alas para volar), manteniendo conexiones arraigadas (raíces para volver) y brindando razones significativas para mantenerse unidos en el camino que se avecina.

Esta perspectiva destaca la importancia de la acción concreta frente a la pasividad. En el contexto del año nuevo, sugiere que para mejorar el futuro de la humanidad, es crucial pasar de las meras esperanzas y rezos a la acción efectiva. Abordar los desafíos requiere esfuerzo y compromiso tangible en lugar de depender únicamente de expresiones de fe.

A medida que damos la bienvenida al nuevo año, recordemos que la verdadera transformación viene de nuestras acciones colectivas y compromisos tangibles. En lugar de confiar únicamente en la esperanza, usemos este tiempo para reflexionar sobre cómo cada uno de nosotros puede contribuir de manera activa y positiva hacia un futuro más prometedor. La responsabilidad y la colaboración serán las fuerzas impulsoras de un cambio real.

El hombre occidental; pierde su salud para ganar dinero, después pierde dinero para recuperar su salud y por pensar ansiosamente en el futuro, no disfruta el presente. Por lo que no vive ni el presente ni el futuro. Y vive como si no tuviese que morir nunca… Y muere como si nunca hubiera vivido.

Esta observación destaca la paradoja de muchas vidas centradas en la búsqueda constante de la riqueza y el futuro, a menudo a expensas de la salud y el disfrute del presente. En el contexto del año nuevo, podría inspirar a reflexionar sobre cómo equilibrar nuestras prioridades, valorando el momento presente mientras planificamos sabiamente para el futuro, reconociendo que la verdadera riqueza también reside en la calidad de nuestra existencia.

A pesar de los muchos retos a los que nos enfrentamos hoy en día, me siento optimista al pensar que con una creciente apreciación de lo interconectados que estamos todos y una mayor conciencia de la unidad de la humanidad, todos podremos trabajar para llevar vidas más significativas y crear un mundo mejor.

Como seres humanos compartimos el deseo común de ser felices y de no sufrir. Somos animales sociales y dependemos de los demás para sobrevivir. Por lo tanto, deberíamos trabajar en beneficio de los demás. Si no podemos ayudar a otros, al menos deberíamos asegurarnos de no hacerles daño. He descubierto que ayudar a los demás es la mejor manera de asegurarnos la felicidad y la calma mental.

Les saludo afectuosamente. Espero que todos disfruten de un auspicioso comienzo del nuevo año 2024.

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