’karuna’ y ’ahimsa’

Gerardo Luna Tumoine.
Gerardo Luna Tumoine.

Todos somos iguales como seres humanos, nacemos de la misma manera y sobrevivimos gracias a la compasión de nuestra madre.

India es un país democrático, un lugar donde muchas tradiciones religiosas conviven bajo principios seculares, lo cual a pesar de su situación geográfica y social es un lujo convivir con la diversidad. Durante los encuentros y diálogos que he sostenido con el Dalai Lama, me ha invitado a promover el ‘karuna’ = compasión y ‘ahimsa’ = no violencia. Todos somos iguales como seres humanos, nacemos de la misma manera y sobrevivimos gracias a la compasión de nuestra madre. Como seres humanos, nuestra naturaleza es ser compasivos, dependemos de nuestra comunidad para sobrevivir, por lo tanto, a su vez, apoyamos a la comunidad.

Cuando hablamos de ‘karuna’ y ‘ahimsa’ no estamos pensando en las diferencias entre nosotros, sino en las formas en que somos iguales. Donde hay ‘karuna’ surge naturalmente ‘ahimsa’. Cuando tienes ‘karuna’ dentro, te da fuerza interior y confianza en ti mismo. Y sobre esa base, puedes ver a otros seres humanos como tus hermanos y hermanas. Dividir a las personas en ‘nosotros’ y ‘ellos’ está desactualizado. En cambio, deberíamos pensar en ellos en términos de ‘karuna’ y ‘ahimsa’. Si cultivamos este precioso pensamiento, estaremos libres del miedo, la ira y el odio. Dormiremos profundamente y gozaremos de buena salud física.

Todos vivimos y enfrentamos dificultades que nos brindan oportunidades para poner en práctica estos valores internos más profundos. Es una tontería pensar sólo en términos estrechos, insistiendo en nuestra identidad nacional, ideológica o religiosa, porque como seres humanos todos somos iguales y tenemos que vivir juntos. Podemos recordar cuantas personas han vivido con el espíritu de ‘karuna’ y ‘ahimsa’, y eso nos da la oportunidad de sentirnos jóvenes, sin embargo, tener una apariencia externa atractiva no es tan importante como revelar la belleza interior de ‘karuna’ que da tranquilidad.

La educación moderna tiene una perspectiva materialista, la educación de hoy es para capacitar a las personas a tener una mente tranquila para que sus actos sean afectuosos y buenos, debe combinarse con los valores internos para que no exista un divorcio entre creencia y vida. El progreso material trae muchos beneficios, pero no debe ser a costa de la paz interior y la fuerza interior.

En el siglo XXI, frente a las consecuencias del cambio climático, no podemos darnos el lujo de pensar solo en términos de naciones individuales; tenemos que aprender a vivir juntos. La gravedad del calentamiento global significa que tenemos que hablar sobre lo que podemos hacer al respecto y lo que podemos hacer para preservar la ecología natural del mundo. Cuando se trata de cuidar la naturaleza, debemos recordarnos a nosotros mismos que somos parte de la naturaleza y que nuestras vidas dependen de la naturaleza.

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