Entrenamiento mental

Es probable que la mayoría de los seres humanos no viva más de 100 años, y creo que mientras estemos vivos, debemos estudiar, practicar el entrenamiento de la mente, tratando de transformarnos a nosotros mismos. El propósito es integrar lo que aprendemos en nuestra vida diaria, porque la mente qué es altruista tiene la comprensión del afecto, honestidad, responsabilidad, el servicio y ayuda permanente por los demás. Es necesario que cortemos las cadenas de la ignorancia, que no dejan ver la realidad objetiva.

Casi todos nosotros hemos sido criados por nuestras madres, disfrutando de su amor y afecto y de ella recibimos nuestras primeras lecciones de compasión. Lo que tenemos que hacer es nutrir y desarrollar estos sentimientos, y luego compartirlos con los demás. Esto es algo que podemos hacer. Si vivimos vidas compasivas, cuando lleguemos a morir, seremos capaces de hacerlo a gusto con nosotros mismos.

En la historia de la humanidad hemos visto mucho derramamiento de sangre. Leemos y somos testigos de los efectos de la Primera y la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea, la Guerra de Vietnam, Ucrania y lo que en nuestra realidad vemos todos los días; la inseguridad diaria en nuestro estado. Ahora, tenemos que crear un mundo pacífico, en lugar de poner nuestra confianza en armas externas, necesitamos la defensa de la mente para una compasión interior. La base misma de la paz mundial es la compasión y la calidez de corazón.

La paz mundial social, familiar y personal no caerá simplemente del cielo; implica desarrollar compasión por los demás. La calidez de corazón no se limita necesariamente a la práctica religiosa; sin duda puede desarrollarse en el contexto de la ética secular. Realmente espero que durante las próximas dos décadas puedas construir una sociedad más humana y continuar compartiendo la compasión con los demás, porque la compasión se debe practicar todos los días.

Recomiendo que tengamos claro como llegar a comprender el funcionamiento de nuestra mente. Nos ayuda a apreciar que el egoísmo, el miedo y la ira no nos hacen ningún bien, mientras que considerar a los demás con un corazón cálido y una mente abierta nos da fuerza interior. Nos damos cuenta de las cosas que nos rodean a través de nuestra conciencia sensorial, pero solo podemos analizar y juzgar qué hacer empleando nuestra conciencia mental. Y si nos preguntamos cómo o dónde se origina la conciencia, parece que se trata de una continuidad sin comienzo.

No te sientas solo ni desanimado, cuando te sientas atribulado es hora de mostrar coraje. Piensa en lo que puedes hacer para ayudar a los demás. Con respecto a perdonar a quienes te han lastimado o dañado a tu comunidad, recomiendo tener una visión amplia y desarrollar un sentido realista de la paciencia. Solo la compasión y no hacer daño trae paz real. Siempre habrá problemas, pero si tenemos tranquilidad, seremos capaces de resistirlos y superarlos.

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