Geocentrismo

En los inicios de nuestra historia, cuando los seres humanos levantaron su mirada para observar de manera sistemática el cielo; surgió de manera espontánea la idea equivocada de que todos los movimientos de los astros y cuerpos celestes, se percibían de esa manera porque el observador se encontraba en un punto fijo en un lugar plano; como consecuencia de ese razonamiento, durante muchos siglos se aceptó la errónea idea acerca de la posición del planeta Tierra en relación con los otros cuerpos celestes que a simple vista se podían observar.

Durante mucho tiempo el sentimiento egoísta aunado a la ausencia de un razonamiento más profundo, ocasionaron la idea de que los seres humanos vivimos en un mundo plano que se encuentra fijo en la parte central del universo y con este simple hecho desde esa posición privilegiada podemos observar todo a nuestro alrededor para que se nos facilite ejercer nuestro poder y hegemonía sobre el resto del universo; varias grandes civilizaciones crecieron al amparo de esa visión del universo.

El geocentrismo considera que el planeta tierra es inmóvil y constituye el centro de todo el universo, a su alrededor giran el Sol, la Luna, los Planetas y las Estrellas; esta idea se adoptó por grandes pensadores de la filosofía griega. En el siglo VI A.  C. Anaximandro propuso una cosmología en la que la tierra tenía la forma de un pilar (un cilindro) flotante en el centro de todo y el Sol, la Luna y los Planetas eran agujeros en ruedas invisibles que giraban alrededor de la Tierra a través de los cuales los seres humanos lograban observar un fuego oculto.

Para Platón la Tierra era una esfera que descansaba en el centro del Universo, las estrellas y los planetas debería girar alrededor de la Tierra en círculos celestiales en las siguientes posiciones (desde el centro hacia afuera) Luna, Sol, Venus, Mercurio, Marte, Júpiter, Saturno y las estrellas fijas.

Aristóteles propuso un sistema con la Tierra esférica ubicada en el centro del Universo y todos los cuerpos celestes estaban unidos a esferas transparentes y giratorias que rodeaban la Tierra, estas esferas conocidas como esferas cristalinas se movían a diferentes velocidades uniformes para crear la revolución de los cuerpos alrededor de la Tierra.

Claudio Ptolomeo escribió un famoso tratado astronómico llamado Almagesto el cual contiene el catálogo de estrellas más completo de la antigüedad y que fue referencia muy importante para los árabes y los europeos; en esta obra Ptolomeo presenta la descripción de 48 constelaciones clásicas y plantea un refinado sistema para explicar el movimiento aparente de los planetas en un modelo geocéntrico. En el libro I de Almagesto después de la lista de contenidos, se encuentra el famoso epigrama de Ptolomeo: “Bien sé que soy mortal, una criatura de un día. Pero mi mente sigue los serpenteantes caminos de las estrellas, entonces mis pies ya no pisan la tierra, sino que al lado de Zeus me colmo con ambrosía, el divino manjar”.