Escasez de neón y encarecimiento de litio afectarán precios y oferta

Eduardo Ruiz-Healy.
Eduardo Ruiz-Healy.

La pandemia de COVID-19 afectó las cadenas de producción de múltiples industrias, entre ellas, la de los microchips que hoy son componentes esenciales para que funciones incontables procesos industriales y una cantidad creciente de productos. En abril de 2021, una nota en finance.yahoo.com señaló que “la escasez mundial de chips ha perturbado a las industrias automotriz y … Leer más

La pandemia de COVID-19 afectó las cadenas de producción de múltiples industrias, entre ellas, la de los microchips que hoy son componentes esenciales para que funciones incontables procesos industriales y una cantidad creciente de productos.

En abril de 2021, una nota en finance.yahoo.com señaló que “la escasez mundial de chips ha perturbado a las industrias automotriz y de tecnología de consumo durante meses. Pero los efectos dominó de la crisis, que podrían durar hasta 2022, se extienden mucho más allá de las plantas inactivas de los fabricantes de automóviles y los consumidores que esperan más tiempo por las últimas consolas de juegos. Según un análisis de Goldman Sachs, la escasez de semiconductores afecta de alguna manera a 169 industrias. Estamos hablando de todo, desde productos de acero y fabricación de concreto premezclado hasta industrias que construyen sistemas de aire acondicionado y refrigeradores cervecerías. Incluso la fabricación de jabón se ve afectada por la crisis de los chips”.

En 2021 la falta de chips causó que durante semanas o meses cerraran las fábricas de todo tipo de productos y que la escasez de los mismos provocará importantes alzas en sus precios. Por ejemplo, de acuerdo con el presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), Guillermo Rosales Zárate, el precio de los autos nuevos tuvo un aumento promedio de 8.67%, arriba del 7.36% de la inflación anual.

Ahora, la guerra contra Ucrania que decidió iniciar el zar ruso Vladimir Putin afecta la producción de todos aquellos productos que requieren de chips, como lo advirtió hace unos días el presidente de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles y director general mundial de BMW, Oliver Zipse, quien dijo que la cada día más difícil situación ya ocasiona cuellos de botella en el suministro de gas neón que usan los láseres con que se fabrican los chips.

Ucrania produce, o más bien producía, el 70% del gas neón en el mundo. Y dos empresas ucranianas, Ingas and Cryoin, que en conjunto producían el 54% de la producción mundial, han cerrado en vista de que se localizan en dos ciudades que están siendo atacadas por los rusos: la primera en Mariupol y la segunda en Odessa.

La situación se complica porque, de acuerdo con Techcet, empresa consultora especializada en cadenas de suministro de materiales de proceso, tecnología de materiales electrónicos y análisis de mercado de materiales para las industrias globales de semiconductores, la industria estadounidense “depende casi por completo de hexafluorobutadieno, neón y paladio rusos y ucranianos, materiales críticos utilizados para fabricar chips semiconductores”.

Por si lo anterior no bastara, el precio del carbonato de litio utilizado en las baterías de coches eléctricos y otros productos sigue en aumento. El año pasado se incrementó 400% y en lo que va del año ha subido 95% a 76 700 dólares la tonelada. El año pasado se vendía en 13 400 dólares la tonelada.

Justo cuando creíamos que las cosas mejorarían un poco, Putin se encargó de empeorarlas. La inflación y escasez de muchos productos continuarán durante quién sabe cuánto tiempo más.

Esperemos que los afanes imperialistas del dictador no provoquen algo más catastrófico.




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