El mínimo éxito del combate contra la inflación

El miércoles pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador festejó el hecho de que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) haya bajado ligeramente en octubre, tal como lo informó ese mismo día el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). “Sí, bajó, un poquito”, dijo. “Lo importante es que ya hay una tendencia … Leer más

El miércoles pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador festejó el hecho de que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) haya bajado ligeramente en octubre, tal como lo informó ese mismo día el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

“Sí, bajó, un poquito”, dijo. “Lo importante es que ya hay una tendencia a la baja”.

Como es de esperarse, defendió las decisiones que ha tomado su gobierno para combatir la inflación, como el subsidio de 350 000 millones de pesos a la gasolina y el diésel, los acuerdos con productores, distribuidores y vendedores al menudeo de los alimentos, la cancelación de aranceles a la importación y controles sanitarios de ciertos alimentos importados.

Ahora bien, a pesar de que el INPC bajó del 8.7% de septiembre al 8.41% de octubre, el hecho es que hasta ahora el éxito en el combate a la inflación es mínimo.

El INEGI también dio a conocer cómo aumentó el Índice Subyacente, que de acuerdo con el mismo instituto “se obtiene eliminando del cálculo del INPC, los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, o bien, que su proceso de determinación no responde a condiciones de mercado (…) los que se excluyen son agropecuarios, energéticos y tarifas autorizadas por distintos órdenes de gobierno”.

Para los economistas, la inflación subyacente es la que mejor permite ver cómo se comportarán los precios a mediano plazo, libres de estacionalidad, alta volatilidad o decisiones gubernamentales.

Así, de acuerdo con este índice, las cosas no van mejorando. En octubre aumentó 8.41% anual, que es más que el incremento de 8.28% que registró en septiembre y del 8.05% que alcanzó en agosto.

El aumento en los precios de las mercancías en agosto, septiembre y octubre fue de 10.55%, 10.84% y 11.15%, respectivamente.

El aumento en los precios de los alimentos, bebidas y tabacos fue de 12.94%, 13.38% y 13.95% en esos mismos tres meses. Y el de las mercancías no alimenticias fue de 7.9%, 8.0% y 8.03%.

Los consumidores deben enfrentar aumentos de precios que afectan gravemente su capacidad de compra, ya no digamos la de ahorrar algo de sus ingresos.

En octubre, el aumento anualizado de los precios de alimentos (procesados) y bebidas no alcohólicas fue de 14.54%, de restaurantes y hoteles 12.26%, el de las bebidas alcohólicas y tabaco 9.52%, el de muebles y artículos para el hogar 8.80%, el del transporte 7.86%, el de servicios de salud 6.10%, el de prendas de vestir y calzado 6.03%, y el de servicios de educación 4.48%. Con esta situación es difícil suponer que a la mayoría de las personas les quede dinero para gastar en servicios de recreación y cultura, cuyos precios subieron 5.54%.

Por ejemplo, ¿cómo le hace para comer bien diariamente en un restaurante, café o fonda, un empleado que no tiene el tiempo para regresar a su casa para hacerlo o no quiere estar cargando una lonchera? Solo le queda la opción de la lonchera o arriesgar su salud consumiendo comida chatarra callejera.

La mejor muestra de que los expertos no ven el “poquito avance” en la lucha contra la inflación es el hecho de que ayer el Banco de México elevó su tasa líder del 9.25% al 10%, la cuarta más alta del Grupo de los 20, detrás de las de Argentina (75.0%), Brasil (13.75%) y Turquía (10.05%).




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