El día nacional del libro: una oportunidad para reflexionar

Saúl Monreal Ávila, docente de la Unidad Académica de Derecho de la UAZ.
Saúl Monreal Ávila, docente de la Unidad Académica de Derecho de la UAZ.

El libro es, sin duda, uno de los inventos más trascendentales de la historia de la humanidad.

Ayer, 12 de noviembre se conmemoró el Día Nacional del Libro, una fecha que tiene como propósito fomentar la lectura y el acceso a los libros como un derecho humano y un bien cultural. Quiero aprovechar esta ocasión, estimado lector de este prestigioso diario, para expresar mi opinión sobre la importancia de esta celebración y las acciones que se deben realizar para impulsar una cultura lectora en nuestra sociedad. 

El libro es, sin duda, uno de los inventos más trascendentales de la historia de la humanidad. Gracias al libro, se ha podido preservar y transmitir el conocimiento, la memoria, la imaginación y la creatividad de generaciones enteras. El libro es una herramienta de educación, de entretenimiento, de crítica y de transformación social. El libro es un puente entre el pasado y el futuro, entre lo local y lo universal, entre lo individual y lo colectivo. 

Sin embargo, el libro no es sólo un objeto material, sino también un símbolo de libertad, de democracia, de diversidad y de diálogo. Leer un libro es ejercer un derecho, pero también una responsabilidad. Leer un libro es abrir la mente, pero también el corazón. Leer un libro es conocer otras realidades, pero también reconocer la propia. Leer un libro es un acto de placer, pero también de compromiso. 

Por eso, el Día Nacional del Libro no debe ser sólo una celebración, sino también una reflexión. Una reflexión sobre el papel que el libro y la lectura tienen en nuestra sociedad, sobre los beneficios que nos aportan, pero también sobre los retos que enfrentamos. Retos como el acceso al libro, la calidad de la oferta editorial, la formación de lectores, la promoción de la lectura, la protección de los derechos de autor, la diversidad de géneros y formatos, la inclusión de grupos vulnerables, la innovación tecnológica y la preservación del patrimonio bibliográfico. 

Para enfrentar estos retos, se requiere de la participación de todos los actores involucrados: el gobierno, la iniciativa privada, las instituciones educativas, los medios de comunicación, las organizaciones civiles, los creadores, los editores, los distribuidores, los libreros, los bibliotecarios, los docentes, los padres de familia y, por supuesto, los lectores. 

Soy un creyente de que se deben realizar acciones para impulsar el libro y la lectura en Zacatecas, como la organización de ferias, talleres, concursos, exposiciones, conferencias, presentaciones, donaciones, clubes y redes de lectura, entre otras. Porque aún hay mucho por hacer, y por eso, reitero, en el caso personal, el compromiso trabajar en coordinación con los gobierno estatal y federal, y con el apoyo de la sociedad civil.

El Día Nacional del Libro es una oportunidad para celebrar y reflexionar, pero también para actuar y transformar. El libro es un tesoro, y la lectura, una aventura. Celebremos y reflexionemos sobre el Día Nacional del Libro, y hagamos de Zacatecas un estado lector.




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