Debo decirlo… Un paso inédito hacia la democratización del Poder Judicial

La jornada electoral celebrada el pasado domingo marcó un momento sin precedentes para Zacatecas y para el país en su conjunto: por primera vez, la ciudadanía tuvo la oportunidad de elegir de manera directa a quienes habrán de ocupar cargos dentro del Poder Judicial. Este novedoso mecanismo de participación representa un parteaguas en la construcción institucional de la justicia en México, al abrir la puerta a un modelo más transparente, plural y con mayor legitimidad democrática.

Si bien aún es prematuro emitir un juicio definitivo sobre el alcance de esta reforma, resulta pertinente destacar algunos elementos positivos observados en esta primera experiencia. En Zacatecas, la jornada transcurrió en condiciones de orden, paz y legalidad. Las casillas abrieron en tiempo y forma, los funcionarios de casilla desempeñaron sus funciones conforme a lo establecido, y la logística electoral resultó clara y funcional. Todo ello permitió que los ciudadanos pudieran ejercer su derecho al voto en un entorno seguro, cívico y sin incidentes mayores.

Sin embargo, uno de los principales desafíos que enfrentó este ejercicio fue la escasa participación ciudadana. En Zacatecas, la tasa de abstención alcanzó el 89.6%, atribuible en gran medida a la falta de información y a una limitada difusión de los perfiles de las personas candidatas. A nivel nacional, el Instituto Nacional Electoral (INE) reportó una participación que osciló entre el 12.57% y el 13.32%, lo que confirma que aún persiste una desconexión significativa entre la ciudadanía y los procesos vinculados a la justicia.

Pese a ello, la elección judicial en Zacatecas constituye un avance relevante en la ruta hacia un Poder Judicial más abierto y participativo. La implementación ordenada del proceso, sin contratiempos significativos, demuestra la capacidad de las instituciones para operar bajo nuevas reglas y responder eficazmente a transformaciones profundas del sistema democrático.

Cabe subrayar también el ambiente de respeto y civilidad que predominó durante la jornada. No se registraron conflictos entre votantes, representantes o autoridades electorales, lo que refleja una actitud responsable por parte de la ciudadanía, aún en medio del desconocimiento o la novedad del proceso. Este comportamiento da cuenta de una voluntad cívica que, aunque incipiente en esta modalidad electoral, puede fortalecerse con acompañamiento institucional y mayor pedagogía democrática.

Asimismo, la pluralidad de candidaturas fue un elemento destacable. A pesar de que muchos electores manifestaron dificultades para acceder a información suficiente y clara sobre las trayectorias y propuestas de las personas postuladas, la sola presencia de diversos perfiles en las boletas constituye un primer paso hacia la apertura del sistema judicial a nuevas voces y perspectivas.

Zacatecas, en su papel dentro de este proceso nacional, actuó con responsabilidad y dio una muestra de compromiso democrático. La jornada electoral dejó valiosas lecciones: la urgente necesidad de intensificar la educación cívica; la importancia de dar a conocer y transparentar los perfiles judiciales; y el desafío de construir una narrativa pública que vincule el quehacer judicial con las preocupaciones cotidianas de la sociedad.

El verdadero reto comienza ahora: dar seguimiento puntual al desempeño de quienes resultaron electos, fomentar el interés ciudadano en las resoluciones judiciales, y consolidar un modelo de justicia que no solo sea accesible, sino también comprensible y confiable para todos. Por lo pronto, Zacatecas cumplió. Lo hizo en paz, con legalidad y con madurez cívica. Y ese, sin duda, es un avance que merece ser reconocido.

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